No fue un día cualquiera. La invitación era para celebrar los cien años del fundador del Partido Popular Cristiano (PPC), Luis Bedoya Reyes.
En un almuerzo en el que no importaron los colores políticos, cien invitados, entre congresistas, empresarios, funcionarios de alto nivel y el presidente Martín Vizcarra, se reunieron en un hotel en San Isidro para homenajear a quien el mandatario describió como “un ejemplo de decencia, de honestidad, de entrega, que en momentos en que la política peruana pasa por situaciones tan difíciles nos deja optimismo y (un mensaje) de que sí se puede hacer política de la buena”.
Y es que para el jefe de Estado, Luis Bedoya es “un ejemplo de vida” y un referente al cual él mismo aspira a convertirse algún día.
“Estoy seguro de que si seguimos su línea, sus enseñanzas y el recorrido que ha tenido en la política (...) el país sí puede llegar adonde usted soñó, a una situación de progreso y desarrollo que nos meremos los peruanos”, le dijo el presidente al líder histórico del PPC con un gesto de agradecimiento.
Bromas y clase media
Pero el discurso más esperado ayer fue el del cumpleañero, el ‘Tucán’, como se le conoce. Los asistentes querían que comparta esa experiencia que los años le han brindado.
Sus palabras, que llegaron con una mezcla de bromas y reflexión, permitieron ver a un agudo y vigente político.
Fiel a su estilo, Bedoya se dirigió al presidente y le dedicó algunas frases que arrancaron la risa de los asistentes. Le recordó que el cargo que ocupa “en ningún momento le permite estar plenamente satisfecho ni satisface plenamente a toda una comunidad”. En buena cuenta, le recordó que ese puesto “tiene una aceptación condicional”.
“A veces se le confiere el aplauso espontáneo y a veces es protocolar. Lo peor del caso debe ser que uno no sabe cuál de los dos está en ese momento disfrutando”, expresó, haciendo reír al jefe de Estado.
El líder histórico del PPC siguió gastándole bromas al mandatario, a quien le dijo que “no solo es alto, también es largo”.
Sin embargo, el momento serio llegó a la mitad del discurso, cuando mencionó a la clase media.
Luis Bedoya Reyes pidió al Gobierno que se ponga metas inmediatas y a mediano plazo para que impulse este segmento, en donde está “la gran reserva del Perú”.
“Ya pasó la etapa en que empresas extranjeras, como hace un siglo, venían para enseñarnos. Ya los nuestros conocen, pero tienen que aprender a conducir igual con esperanzas, igual con posibilidades”, expresó para añadir que el país necesita una clase media “pujante y exitosa”.
Posteriormente, y ya con algunas lágrimas en los ojos, concluyó su discurso señalando que “gusto da ver caras de hombres que han triunfado. Abramos el camino a quienes están esperando porque ese es el camino del Perú y eso es lo que necesitamos”.
Los aplausos y luego los comentarios de reconocimientos de los invitados no se hicieron esperar.