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El Tren de Aragua al servicio del chavismo
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Sus tentáculos criminales y sanguinarios se extienden en todos los delitos y en todo el país. El Tren de Aragua no es ya esa organización que operaba solo en Venezuela. Establecidos sus dominios en varios países de la región, el Tren de Aragua constituye un riesgo, un peligro, por el grado de violencia que supone su accionar delictivo.
La criminalidad organizada transnacional impera en el Perú. Para el director nacional de Investigación Criminal de la PNP, general Óscar Arriola, los de Aragua son una organización sin ideología política, pero al servicio de la política, con nexos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) —movimiento guerrillero colombiano—, y, sobre todo, a disposición del régimen chavista que los sometió desde sus inicios.
“Cuando han existido problemas de resistencia patriótica o lo que se contraviene al régimen actual del gobierno de Venezuela, donde hay una gran cantidad de militares y policías en las cárceles, este grupo del Tren de Aragua se pone a su servicio. Los que pertenecen al grupo inicial de esta organización han formado parte de los programas sociales del régimen chavista continuado por Maduro”, explica el general durante un evento referido a la criminalidad organizada transnacional, a invitación de la Asociación de Bancos, y en la que recordó que la Guardia Nacional venezolana, incluso, brindó seguridad y protección en el entierro del ‘Chino Pedrera’, uno de los primeros integrantes de esta red.
Arriola apoya su argumento en conversaciones sostenidas con policías venezolanos y periodistas. La organización, incluso, domina y dirige la cárcel de Tocorón, bajo la protección de la Guardia Nacional.
CRUZADA NACIONAL
Señala que, con la crisis económica, política y hasta de infraestructura en ese país, la organización empieza a dejar Venezuela. “Cada vez había menos negocios y venezolanos por extorsionar y empieza la migración”. Así, el Tren de Aragua extiende su red criminal a Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia y Perú, donde pretenden ejercer su hegemonía en el cobro de cupos, extorsión, explotación sexual, sicariato y todos los delitos que puedan abarcar, extremando sus niveles de violencia. Los primeros integrantes que llegaron a Perú ocultaron que pertenecían a esta organización.
En ese sentido, Arriola invocó a una cruzada interinstitucional totalitaria para frenar esta criminalidad organizada transnacional que preocupa a las regiones del Mercosur. “Hay que hacer los esfuerzos para sacar de circulación a todos los criminales del Tren de Aragua y a todos los delincuentes en general. Necesitamos hacer algo urgente para frenar esto”, invocó Arriola, quien el último fin de semana estuvo en el Mercosur en una reunión convocada para adoptar medidas efectivas para la lucha contra esta criminalidad.
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