La presidenta Dina Boluarte ha decidido hacer oídos sordos al reclamo ciudadano por el alarmante incremento de la delincuencia en nuestro país.
Tampoco le ha importado que un peritaje corrobore que las conversaciones sostenidas entre el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, y el agente de la Diviac Junior Izquierdo, conocido como ‘Culebra’ —que ponen al descubierto su pretensión de tumbarse a dicha división—, son auténticas.
Por el contrario, como queriendo llevarles la contra a los detractores del titular del Mininter, la mandataria aprovechó una actividad pública para darle un espaldarazo, traducido en un efusivo y elocuente abrazo.
No solo eso. En su alocución en la inauguración de la base de emergencia de la Unidad Los Halcones en El Agustino, la jefa de Estado se dio tiempo para agradecerle a Santiváñez. “Gracias, ministro, por tomar esta iniciativa de ponerle fuerza y firmeza (a la lucha) contra la delincuencia”, dijo en una suerte de intercambio de elogios.
Y es que, minutos antes, ya el aludido había recalcado que la obra “constituye una demostración de la sinergia entre el Gobierno central que usted lidera y los alcaldes distritales, sobre todo, cuando hay ánimo de hacer gestión”.
Tenga en cuenta
Gustavo Adrianzén sostuvo que respalda “a todos los miembros del gabinete” y agregó que ese aval “solo podría ser retirado cuando así lo estime la presidenta”.
Reconoció que “sigue habiendo asaltos, sicariato y extorsiones”, pero trató de justificarlos alegando que hay “12 millones de habitantes” en Lima.
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