Del ‘Capitán Carlos’ al ‘Capitán Arturo’: dos candidatos que comparten cosas en común

“Los últimos presidentes han sido marionetas de los super grupos de poder. Ollanta Humala entra con la izquierda, pero la Confiep lo conquistó y terminó gobernando como los anteriores”, dijo Urresti.

El aspirante a Palacio –procesado por el asesinato del periodista ayacuchano Hugo Bustíos– precisamente inició su carrera mediática durante la gestión de la persona que ahora critica.

Ollanta se había convertido en presidente de la República en julio de 2011 y Urresti consiguió su baja en el Ejército en diciembre. Precisamente, el primer trabajo del novel oficial retirado fue el de asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) en julio de 2012. Para esa fecha, había pasado casi un año del gobierno humalista y el candidato natural de Piura ya conocía muy bien –pese a que ahora no lo recuerde– el tipo de gobierno de su entonces líder.

Lejos sentirse incómodo con un gobierno – “como los anteriores”– Urresti asumió nuevos retos cerca a Ollanta Humala.

Pero la necesidad de escalar del oficial del Ejército en retiro no solo era para llenar su currículum vitae, sino también porque en paralelo el caso de asesinato del periodista Bustíos en 1988 era cada vez más sólido en el Poder Judicial.

El 7 de junio de 2013, la fiscal Jhousy Aburto decidió formalizar la denuncia por asesinato contra Urresti quien en Ayacucho se hacía llamar ‘Capitán Arturo’. Y un par de semanas después, el Segundo Juzgado Penal Nacional de Huamanga, le abrió proceso y lo citó a comparecer ante el tribunal en agosto.

En setiembre de 2013, el gobierno humalista nombró a Urresti alto comisionado para la minería ilegal. Mientras el juicio seguía su curso, en julio de 2014 fue designado por Humala ministro del Interior.

En ese tiempo operó un grupo paralelo al interior de la PNP denominado Escuadrón de la Muerte. Esta organización que ahora es procesada en el Poder Judicial realizaba falsos operativos que simulaban un trabajo exitoso del gobierno humalista contra la delincuencia común. El Escuadrón inventaba bandas, inventaba víctimas y le daba de baja a supuestos delincuentes, así sostiene la Fiscalía en su acusación presentada hace algunas semanas. Luego el ministro del Interior llegaba a la escena del supuesto enfrentamiento para felicitar a los agentes y mostrar, a través de los medios de comunicación, a los abatidos. El entonces ministro Urresti llegaba y se sumaba al falso show, todo por lavarle la cara a la entonces criticada gestión de su jefe.

Ollanta Humala fue señalado por varios testigos de ser el temible ‘Capitán Carlos’ del Ejército quien en 1992 ordenó la desaparición de, por lo menos, una decena de personas. Ese hecho se investiga en dos fiscalías de Derechos Humanos.

En una de ellas, un fiscal indaga la compra de testigos para que estos no declaren en un proceso judicial que involucró a Humala en 2006. En otro despacho, se investiga delitos de lesa humanidad relacionados al asesinato de pobladores del centro poblado Madre Mía y alrededores en la provincia de Tocache. Entre 2017 y 2018, esta Fiscalía exhumó alrededor de 18 cadáveres.

Sin embargo, en ambos casos las investigaciones no avanzan. Parecen paralizadas en el tiempo. Mientras tanto Humala se presenta como candidato presidencial sin que la mochila que pesa sobre sus hombros represente un real problema para sus renovadas aspiraciones presidenciales.

Urresti ha sufrido un duro golpe. Se descubrió que personas allegadas a él buscaron quebrar la voluntad de los testigos que lo vinculan con el asesinato del periodista Bustíos. Su abogada renunció y ayer acreditó un nuevo defensor.

Urresti y Humala tienen más en común de lo que ellos mismos creen. Tanto así que el actual socio político de José Luna Gálvez, intentó postular a la presidencia en 2016 con el partido Nacionalista de los Humala Heredia.