Por: Martín Hidalgo
Los congresistas han defendido sus viajes fuera del país. Sin embargo, una parte de estos legisladores parecen no tener el mismo ímpetu a la hora de informar sobre las actividades realizadas.
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El artículo 23 de su propio reglamento señala que los congresistas tienen la obligación de presentar un informe “sobre todo aquello que pueda ser de utilidad al Congreso o al país”.
Los congresistas cumplen con este artículo, pero a su tiempo y a su manera. Perú21 detectó que al menos seis congresistas copiaron textos sin citar las fuentes de origen; además, otros 10 parlamentarios justificaron sus viajes en menos de cinco páginas.
José Williams, actual presidente del Congreso, viajó en 2021 a Colombia para una feria internacional de seguridad.
Si bien el viaje se realizó en diciembre de 2021, Williams entregó su informe recién en marzo de 2022. Su informe consta de 10 páginas, de las cuales unos cinco párrafos son una reproducción textual de la nota de prensa del evento. En ninguna parte de su informe, Williams cita la fuente original.
Desde el despacho de Williams alegaron que no se trató de un “viaje oficial” aprobado por la Mesa Directiva, sino de una invitación del Ministerio de Defensa de Colombia, por lo que no generó gasto al Parlamento. Sin embargo, Williams remitió su informe a la Mesa Directiva con un oficio informando sobre su “viaje oficial”.
“El informe del viaje a EXPODEFENSA fue elaborado por el despacho congresal, recogiendo información del portal web del evento y no existe disposición interna alguna que regule el formato para la presentación de este documento”, dijeron desde el despacho de Williams.
La expresidenta del Congreso María del Carmen Alva también registra un informe con una serie de reproducciones de textos sin citar fuentes. Se trata del viaje a Ruanda en 2022. Uno de los textos reproducidos proviene de un informe sobre la participación de parlamentarias chilenas. Otro texto copiado es sobre la descripción del Grupo América Latina y el Caribe (GRULAC).
“Lo explicado en el informe son sucesos que se realizaron en las sesiones de la UIP y del GRULAC, por lo que todos los parlamentarios a nivel internacional tienen que explicar y dar a conocer los mismos hechos y actuaciones realizadas en esos eventos, debido a que todos tuvimos la misma experiencia”, señaló Alva. Además, indicó que no citar el reglamento del GRULAC “resulta ser un error material”.
“Acusarme de plagio resulta una acusación tendenciosa que no solo desprestigia la institucionalidad del Congreso, sino que también se desprestigia a las funciones de los parlamentarios, debido a que con ello yo no estoy intentando obtener un grado académico. Este informe tiene fines netamente administrativos”, añadió.
A Ruanda también fue el congresista Ernesto Bustamante, expresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. En su informe se registran al menos 10 párrafos con textos reproducidos de otras fuentes sin ninguna cita.
Bustamante indicó que los informes son redactados por el personal de su despacho, quienes “le ponen un relleno que le permite tener contexto y referencias organizativas”. “Las fuentes usadas por ellos son generalmente de la propia web de la organización que arma el evento. En efecto, lo correcto, inclusive para estos informes, es siempre citar la fuente”, reconoció el fujimorista.
Copiar los textos de las actas oficiales de los eventos parece ser una práctica común, pues también lo hizo el congresista Germán Tacuri (Perú Libre). Otros como Edgar Tello (Bloque Magisterial) copiaron artículos académicos para sus recomendaciones.
Mientras tanto, Lady Camones, también expresidenta del Congreso, registra una página casi igual a la del informe de su colega Ana Obando (Fuerza Popular), quien asistió al mismo viaje que ella (en Austria). Este diario también buscó los descargos de Camones, Tacuri y Tello, pero no obtuvimos respuesta.
Para Iván Lanegra, secretario general de la Asociación Civil Transparencia, estos casos revelan “el poco cuidado en la preparación de estos informes que son vistos como una mera formalidad”. “Fuera de ello, no citar la fuente de citas textuales, que, además, aparecen sin comillas, es una falta ética. Quizá la excepción es la copia de textos normativos, pero el resto es claramente algo que debió citarse”, explicó.
Son pocos los congresistas que citan fuentes. Este diario solo encontró dos buenos ejemplos de correcto citado de fuentes en los informes de Rosangella Barbarán y Vivian Olivos, ambas de Fuerza Popular.
No existe un modelo fijo del informe a presentar. Hay legisladores como Edward Málaga y José Cueto que realizan extensos resúmenes de lo que vieron en los eventos, y hay otro grupo diferente que prefiere colocar fotografías suyas.
En este último grupo, pudimos detectar al menos 10 casos de congresistas que informaron sobre sus viajes en menos de cinco páginas.
Para Lanegra, debería mejorarse la publicidad de los informes y hacer más visibles los viajes de los congresistas para que sean sometidos al escrutinio público.