Cuando pensábamos que 2017 había sido un año de destapes del caso Lava Jato, 2018 nos sorprendió más. La principal lideresa de oposición, Keiko Fujimori, fue puesta en prisión y el ex presidente Alan García, acorralado, pidió asilo en Uruguay, que le fue negado. Ollanta Humala recobró su libertad.
La labor de fiscales como Rafael Vela o José Domingo Pérez, y de jueces como Richard Concepción Carhuancho encaminó la lucha contra la corrupción en el país poniendo contra las cuerdas a líderes políticos y a ex altos funcionarios, investigados por presuntamente haber recibido dinero ilegal de Odebrecht.
La detención preventiva de Keiko Fujimori y el impedimento de salida del país a Alan García generaron las críticas de sus abogados y allegados a dichos magistrados, a quienes señalan como parcializados.
Tras el acuerdo de colaboración con Odebrecht, 2019 promete traer más sorpresas.
“Dicen 20 millones, menos los 8 que le dieron al viceministro, deben ser de Alan García. Demuéstrenlo pues, imbéciles”, refirió Alan García.