PUBLICIDAD
Carlos Amat y León: “El Estado se asfixia en sus regulaciones”
Imagen
Fecha Actualización
Carlos Amat y León fue ministro de Agricultura en dos gobiernos distintos pero siempre en momentos difíciles de crisis económica y también institucional. Su visión de país, a un año del bicentenario, deja claro que todavía hay mucho por hacer.
¿Cómo ha cambiado esta pandemia la realidad de nuestro país?
Después de 200 años es lo más profundo que hemos tenido en la edad moderna, que ha removido la visión del Perú y también la manera como hay que gestionar el desarrollo y la vida social. Nos ha mostrado una realidad descarnada en términos financieros y de institucionalidad para gestionar el país. Nos ha revelado distorsiones estructurales, como la gran deformación en la ocupación del territorio, con la concentración en Lima Metropolitana y algunas ciudades, y la gran movilidad de la población en el territorio.
Esta crisis no solo es económica, ha abarcado distintos campos…
Es total, es todo el sistema económico, social y la gobernabilidad del país. Nos ha mostrado la concentración poblacional. El 70% de la población está en una economía informal que es de muy baja capitalización de ingresos y de vida muy precaria. Lo otro es que el Estado está asfixiado en sus regulaciones y tiene una cultura burocrática donde sus propias reglamentaciones estrangulan su capacidad de decisión y de acción; creo que ese escenario es el que tenemos que abordar. Otra cosa importante a la que nos obliga esta crisis sanitaria es la visión del país en el territorio, el manejo es por cuencas, donde se integra toda la actividad económica, institucional, social de la vida del país; no por departamentos o regiones. El Estado responde ante esta heterogeneidad de territorio con sectores y no con unidades de gestión integrada de servicios, son dos puntos de cambio total de manejo del país.
En el tema económico se ha señalado que la caída anual del PBI será de 15 puntos…
La caída del PBI no solamente es el 14% de 2020, sino lo que hemos dejado de crecer que estaba previsto desde enero de este año, son 17 puntos, y lo que dice la ministra, que el incremento de gasto súbito, inesperado, inmediato que se tiene que ejecutar es 17% del PBI más los fondos de inversión que nos da el FMI. En total, estamos hablando del 9% del PBI y eso son 83 mil millones de dólares, esto es 282 mil millones de soles; es el costo de la crisis sanitaria. Para que vea la magnitud de esta cifra, si la compara con el Plan Nacional de Infraestructura para cerrar las brechas básicas en los próximos 20 años, el monto es 363,400 millones de soles.
¿Cuánto tiempo nos tomará recuperarnos de esta crisis?
Depende de cómo reestructuremos el Estado y de cómo la clase política y la sociedad peruana construyen una plataforma de consenso para actuar en los próximos años. El rol del presidente Vizcarra es ayudar a poner una plataforma para que la campaña electoral futura se concentre en construir este consenso para adoptar medidas básicas en las cuales todos los peruanos debemos estar de acuerdo. Esta plataforma implica reconocer este costo fiscal enorme, de limitación fiscal; (…) ya no tenemos ahorro ni recursos fiscales; entonces, vamos a tener que acudir al mercado internacional de capitales para convocar inversiones y líneas de crédito de gran magnitud a largo plazo y mantener nuestra posición de grado de inversión para tener condiciones de créditos favorables en plazos y garantías y tasas de interés. Para captar ese apoyo internacional tenemos que mostrar una cartera de proyectos de gran calidad técnica y solvencia institucional de gestión para proyectar confianza.
¿Qué tipo de proyectos? ¿Qué sectores se deberían priorizar?
No es una secuencia de primero, segundo, sino simultáneamente. El sector externo debe ser vitalizado con los 48 proyectos mineros de US$58 mil millones, más la agroindustria con las 440 mil hectáreas que están en los proyectos en curso, más la forestación y, por supuesto, a partir del próximo año, relanzar un turismo cultural de primer nivel y gran calidad para generar divisas. Es mostrarle al mundo que tenemos dólares y que vamos a impulsar un crecimiento interno sin inflación y para eso hay que tener divisas que soporten el impulso de crecimiento interno, que es la remodelación de nuestros centros poblados en los 1,874 distritos para levantar la calidad de vida residencial de la población.
El gobierno lleva a cabo un plan de reactivación progresivo. ¿El programa del que Ud. habla cuándo debería empezar?
Ya, ya, y dar gestos de destrabar proyectos como el de Majes o Chavimochic y Olmos y Alto Piura, y poner en marcha proyectos mineros que están complicados. (…) Es una movilización de recursos pero se necesita gerencia y para que esa gerencia pueda ser efectiva, creíble, hay que tener unidades de gestión de desarrollo en cada centro poblado, que tengan capacidad profesional, con directorios muy bien calificados y autonomía financiera, técnica y administrativa y con una Contraloría que vigile el gasto, costos, presupuestos, plazos y la gran moral pública.
Ud. hablaba de estas trabas burocráticas que distorsionan el sistema. ¿De qué manera eso afectaría la ejecución del programa?
El ejemplo más trágico y que lo hemos visto enrostrado es el gobernador regional de Arequipa, Elmer Cáceres, a quien han tenido que poner a un costado para salvar vidas y hacer posible que hospitales que tenían equipos, maquinaria y disponibilidad de materiales funcionen en dos días. Eso multiplícalo por las 25 regiones en el nivel de ministerios, regiones y gobiernos locales.
¿Cuál es el rol del sector privado en este contexto?
Total, porque la sociedad y la economía somos los peruanos y los peruanos nos organizamos para vivir y prosperar en empresas privadas. (…) La principal función del Estado es la gobernanza del sistema del país y eso es coordinar voluntades, asociar a la gente con propósitos comunes y vigilar el cumplimiento estricto de costos, presupuestos, plazos y honestidad e integridad.
¿Ha advertido que haya esa disposición del gobierno a trabajar con el sector privado en este primer tramo de la crisis sanitaria?
Por los titulares de los periódicos se ve que hay una fricción y un recelo mutuo, pero es tontísimo. La sociedad somos los peruanos organizados en empresas, comunidades y familias. Decir ‘o sociedad o Estado’ es una aberración total. Lo que sí ha estado en cuestión es un tema de principios y valores. En una situación de tal peligrosidad para la sociedad como la pandemia, el bien común prevalece sobre los intereses inmediatos particulares; eso no quiere decir que se elimine el sector privado, sino que tiene que alinearse a esos valores y el Estado tiene que ser estrictamente justo y honesto en coordinar la actividad privada respetando fueros y respetando libertades.
La pérdida de empleo en Lima ha llegado a 2.5 millones y obviamente se multiplica a nivel nacional. ¿Cómo enfrentamos este tema que ha aumentado la informalidad que ya padecíamos?
Estructuralmente, no por décadas, sino por siglos, nos ha mostrado esta sociedad que el 70% es informal; vale decir que no tiene capitalización en educación, calidad educativa y de recursos financieros y materiales para generar ingresos. Tiene que haber sistemas productivos que incorporen a esa población en empleos que generen altos ingresos; eso es la cartera de proyectos que mencioné: rehabilitación urbana en centros poblados, sistemas productivos para generar alimentos, energía, comunicaciones, sistema hídrico y agua potable 24 horas en todos los poblados; (…) es potenciar la economía en el interior del país para vivir mejor.
En esa potenciación de la economía al interior, ¿cuál es el rol del agro?, ¿de qué manera lo ha afectado la pandemia?
Hemos visto que los más excluidos, los más descapitalizados son los que nos han salvado, no ha habido desabastecimiento en ningún centro poblado del país, los agricultores han producido y abastecido de alimentos todos los mercados. Ese sector nos ha mostrado lo estratégico e importante que es el sistema alimentario que opera con unas ineficiencias terribles. Ejemplo de eso son los mercados de abastos con aglomeración, congestionamiento, concentración de basura, donde se exige lavarse las manos cuando no se tiene agua. Son estructuras de mercados peor que las de Babilonia y no tenemos ningún proyecto para modernizar nuestros mercados de abastos.
Imagen
Usted mencionaba la situación de crisis que hay en Arequipa y de cómo la burocracia bloqueaba el proceso de reactivación…
Para enfrentar la pandemia se necesita personal calificado, médicos, enfermeras, técnicos con equipamiento sofisticado y complejo; ese personal no debe estar sujeto a decisiones de clientelas políticas, que es donde se ha concentrado toda la estructura de gobernanza del país.
Pero es así como se ha diseñado. Las regiones tienen en sus manos toda la administración de la salud y la educación. ¿Debería replantearse la regionalización?
Totalmente, en unidades de gestión. El sistema de salud tiene que tener su estructura desconcentrada pero con un cuerpo profesional calificado para encarar esa complejidad de salud; lo mismo en educación, en seguridad ciudadana.
¿Cómo ve Ud. el cambio de gabinete? ¿Cree que a Pedro Cateriano le irá mejor que a su antecesor?
Ciertamente, se ha renovado el espíritu, la imagen. Ya pasado el discurso del próximo martes 28, es un gabinete que tiene otro escenario y, en consecuencia, otro encargo: construir (…) una plataforma de consensos, de políticas estratégicas básicas, que los peruanos digamos: sí pues, hay que impulsar la minería y tenemos que darle punche a acabar ya con proyectos que están trabados de la agroindustria y lo mismo un impulso masivo a la forestación del país que da mucho empleo. (…) Este gabinete podrá convocar a diferentes instituciones, y sus expertos plantear medidas de política del largo plazo estructurales del país. Esa es la ventaja del coronavirus, que tiene sentido hablar de grandes cambios estructurales de largo plazo.
¿Cómo cree que llegaremos al bicentenario?
Depende del presidente Vizcarra y de este gabinete que construya consensos y genere buen ánimo y propósito porque todos los que quieren llegar a la política es porque quieren salvar al país, ¿no es cierto? (…) Si levantan ese espíritu, ese ánimo, y movilizan instituciones para construir bases regionales y locales y una plataforma de desarrollo, ya hemos ganado una voluntad política. Y si quiere, que esas cuatro o cinco reformas, a la hora de elegir al nuevo presidente, se sometan también a un referéndum, con lo cual el nuevo presidente y los nuevos congresistas sabrán que hay un mandato para acometer estas medidas de consenso estructural.
¿Cómo debería ser este último mensaje de Vizcarra por Fiestas Patrias?
Convocar al país a este encuentro de construir plataformas de desarrollo nacional, regional y local. Lo escuchamos todos los días para ver cuántos contagiados hay, cuántas camas UCI hay, cuántos fallecidos, qué se está haciendo para contener esta pandemia y evitar que quiebren las empresas; eso ya lo escuchamos todos los días, ya sabemos que estamos mal, que la cosa continúa, que es difícil controlarla. El 28 de julio es para esta frase: no es cómo llegamos al bicentenario sino cómo el bicentenario es un punto de inicio de una nueva visión del país y una nueva manera de gobernarlo.
DATOS:
- Carlos Amat y León es profesor emérito e investigador de la Universidad del Pacífico y fue ministro de Agricultura en el primer gobierno de Alberto Fujimori y en el gobierno de transición de Valentín Paniagua.
- “En 1990 fue un equipo de consenso. Ingresamos con el flaco Juan Carlos Hurtado Miller, Gloria Helfer, Fernando Sánchez Albavera. La condición que le puse a Fujimori fue tomar el paquetazo el 8 de agosto para controlar la hiperinflación de 13,300% y la crisis financiera. Fue en plena época del terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA”, recuerda.
VIDEO RECOMENDADO:
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD