Luego de conocerse la propuesta del Ejecutivo para adelantar las elecciones generales a 2020 y, ante un escenario en el que el Congreso debe dar luz verde a la propuesta, surge la pregunta ¿hacia dónde apunta la intención de voto?
Al parecer, pese a que varios políticos quieren mostrarse como una alternativa, la mayoría de electores no los ve como una posibilidad. La encuesta de Datum revela que si los comicios fueran mañana, un 29% votaría en blanco, nulo o viciado.
Muy por debajo se encuentran Julio Guzmán, que encabeza la intención de voto con 11%; seguido por George Forsyth con 10%; Keiko Fujimori, actualmente en prisión preventiva, con 8%; y Verónika Mendoza con 6%.
Al respecto, el analista político Carlos Meléndez manifestó que si se toma en cuenta que además hay un 12% de gente que “no sabe o no comenta”, “esto quiere decir que casi la mitad de la población no sabe lo que está pasando”.
“Estamos en un escenario poscolapso y muchos de los actores que han estado vigentes ya no están”, comentó. “Si antes había un elenco estable, ahora hay personajes secundarios que van a terminar teniendo protagonismo, pero más que por mérito propio, será por las circunstancias que han llevado a esta situación”.
Análisis del periodista Jaime Chincha
“Ninguno sigue como favorito”
Aunque don Ninguno sigue como favorito —lo que sintoniza con eso de ‘que se vayan todos’—, resulta llamativo el cuarteto que sigue.
El repunte de Guzmán se explica en su alineamiento al adelanto de elecciones planteado por Vizcarra; recoge del elector de don Ninguno y de doña No Opina.
Debe construir una plataforma que vaya del desencanto a la propuesta sólida; lo que está en veremos, pues su discurso suena aún impostado.
Forsyth es el rostro joven y chambeador; pero su separación aún retumba en la calle. Eso le pasará factura, en tanto desee seguir escalando en la política.
El caso de Keiko nos recuerda al de Santos; la cárcel en el Perú no te manda a la baja. Si hoy la casación le resulta favorable, deberá construir un discurso que se desmarque del ala dura del neofujimorismo.
Mendoza recibe un golpe muy duro con la sentencia a Cerrón; necesita partido que la reciba y persistir con los chavistas la debilita.