ASÍ ERA. Sesión plenaria del Senado, 15 de diciembre de 1990.
ASÍ ERA. Sesión plenaria del Senado, 15 de diciembre de 1990.

La bicameralidad vuelve a estar en el debate nacional. Tras quedar a un voto de alcanzar la aprobación necesaria sin referéndum y de una nueva reconsideración, el volverá a votar el texto sustitutorio que propone el retorno del Senado.

Si bien el proyecto no menciona la posibilidad de reelección, señala que uno de los requisitos para ser senador es tener 45 años o haber sido congresista o diputado. Por su parte, el congresista dijo que será el JNE quien determiné si los actuales parlamentarios podrán postular al congreso bicameral. Este podría ser el muro que impide la adhesión de más votos. El congresista Carlos Anderson aseguró que votaría a favor de la bicameralidad “si se prohíbe la participación de manera expresa” de los actuales congresistas.

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LAS DIFERENCIAS

La Constitución establece que el Congreso está conformado por 130 congresistas elegidos por regiones. Sin embargo, en el proyecto presentado, el número de senadores y diputados no será fijo, sino que podrá ser modificado mediante ley orgánica. El Senado tendrá 60 miembros como mínimo, con lista única nacional, con al menos un senador por circunscripción electoral; mientras que la Cámara de Diputados (CD) tendrá 130 miembros como mínimo.

Según el proyecto, la CD será la encargada de presentar proyectos de ley, censurar ministros o rechazar la cuestión de confianza, así como también de “acusar ante el Senado al presidente de la República, parlamentarios, ministros, magistrados del TC, miembros de la JNJ, defensor del Pueblo, etcétera, por infracción a la Constitución y por todo delito que cometan en el ejercicio de su función”.

El Senado, por su parte, tendrá la facultad de someter a revisión los proyectos aprobados por la cámara baja. Pero, además, también se encargará de elegir a los magistrados del TC con dos tercios del número legal de senadores; ratificar la designación del presidente del BCR y elegir a tres de sus miembros con mayoría absoluta del número legal.

El politólogo y exjefe de la ONPE aseguró que el proyecto “tiene observaciones, pero es mejor esto a no tenerlo”. En ese sentido, aseguró que el unicameralismo ha mostrado limitaciones en el Perú. “Lo que vemos es leyes rápidas, leyes mal hechas, observadas en un número importante en el Ejecutivo”, señaló.

Tuesta consideró que tener un Senado no necesariamente implicaría un aumento en el presupuesto del Congreso, pero indicó que eso dependerá de la gestión del Parlamento. “Tenemos un Congreso que gasta muchísimo más que el bicameralismo”, dijo.

VOZ DE LA EXPERIENCIA

El exsenador indicó que la bicameralidad es mejor que una sola cámara como existe actualmente. Señaló que “la segunda cámara tiene una visión distinta, de carácter nacional. Mientras que la de diputados tiene una visión de tipo local, ya que sus integrantes son elegidos por regiones”. Además, señaló que uno de los beneficios de contar con un Senado es que en el periodo intermedio entre que una ley pasa de ser aprobada por la CD a revisada por la cámara alta, “es muy útil porque ahí puede entrar la prensa, los terceros, los interesados en el tema, cualquier persona puede dar su opinión y si es una opinión interesante y valiosa, se recoge”.

Por su parte, el exdiputado coincidió con Ferrero y resaltó que “el Congreso, hoy día, es una coalición de intereses regionales”. Además, explicó que en la CD se tratan temas cotidianos y se concentra en el corto plazo, mientras que en el Senado existe más reflexión sobre las propuestas aprobadas. “Yo me acuerdo en muchos casos que hubo iniciativas de la Cámara de Diputados que fueron corregidas por la de senadores y al revés”, indicó. Ante la ausencia del Senado, el jurista consideró que el TC ha ocupado el espacio que dejó y resaltó que esa no debería ser su función.


DATOS

Fernando Tuesta aseguró que el Perú se encuentra subrepresentado en comparación a otros países de la región.

El Perú fue bicameral (180 diputados y 60 senadores) hasta el Autogolpe de Alberto Fujimori en 1992.

El Congreso deberá alcanzar 87 votos para evitar que la bicameralidad sea sometida a referéndum.


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