LE DAN LA ESPALDA. Días complicados esperan a Soto, que deberá seguir dando explicaciones, tras conocerse nuevas denuncias.
LE DAN LA ESPALDA. Días complicados esperan a Soto, que deberá seguir dando explicaciones, tras conocerse nuevas denuncias.

Por estos días, Alejandro Soto emana un fuerte olor a dudas. El presidente del Congreso huele a denuncias y a más juicios. El perfume que lo impregna ya ha obligado a muchos a marcar prudente distancia de él. El apepista ha empezado a perder respaldo en el . Algunas bancadas ya cuestionan su permanencia al frente del Parlamento. Más denuncias aparecen poniendo en duda su transparencia y su probidad para ejercer la presidencia de un poder del Estado. Más congresistas han sido contundentes al señalar que lo más saludable es que Soto dé un paso al costado. Pronto, Soto podría oler a censura también.

“Está con las horas contadas, su presencia en ese cargo está destruyendo lo poco que queda del Congreso. No veo muchas posibilidades de que siga vivo (en el cargo). Creo que ya no tiene salvación”, sentenció ayer Jorge Montoya, congresista de Renovación Popular, que ha deslizado la posibilidad de que su bancada apoye la eventual moción de censura contra el político cusqueño, que empieza a sumar adhesiones. Alejandro Muñante también dejó entrever que la imagen del Congreso ya se ve afectada por los cuestionamientos a su actual presidente. Incluso propuso como alternativa de solución que Soto deje el cargo y sea otro apepista quien lo reemplace.

Las denuncias reveladas el último domingo contra Soto, además, han acelerado la posición de la naciente bancada de Unidad y Diálogo. Un contundente Esdras Medina, vocero de este grupo parlamentario, recomendó al titular del Legislativo que evalúe dar un paso al costado en vista de que los cuestionamientos en su contra no dejan de caen. Pidió que el caso que compromete a Soto a verse en la comisión de Ética, que él integra, sea un proceso sumario y rápido.

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MARCAN DISTANCIA

Incluso, Podemos, quien apoyó la lista que postuló a al apepista como presidente de la Mesa Directiva, tampoco se solidarizó con quien fuera su candidato. Carlos Zeballos, el portavoz de este grupo parlamentario, adelantó que en los próximos días evaluarán si apoyarán una eventual censura contra el apepista.

“No vamos a hacer espíritu de cuerpo de lo indefendible”, resumió así Alex Paredes, del Bloque Magisterial, su posición ante los cuestionamientos al presidente del Parlamento. Esta bancada también se reunirá tras la semana de representación para debatir su apoyo a la censura.

Hasta Nilsa Chacón, vocera alterna de Fuerza Popular, que comparte la Mesa que preside Soto, optó por no adelantar opinión ante la pregunta de este diario sobre la moción que estaría pronto a presentarse en el Congreso. La parlamentaria solo indicó que el próximo lunes 28 habrá reunión de bancada y allí se decidirá el camino a seguir.

Solo Kelly Portalatino fue enfática al asegurar que la bancada de Perú Libre no apoyará una moción de censura.

LUNES NEGRO

Mientras su poca transparencia divide al Congreso, Soto volvió a ser noticia. Tras revelarse sus cobros irregulares de dieta por más de 20 mil soles, cuando fue regidor en Cusco, y que trabajadores de su despacho usaban cuentas falsas en Facebook para limpiar su imagen, el Poder Judicial admitió ayer el pase a juicio oral contra el presidente del Legislativo por la reparación civil de más de un millón de soles solicitada por la empresa de Transportes Waynapicchu, afectada por la flamante ley de prescripción a la que se acogió el apepista y que logró que se archive el caso por estafa y frene el pedido fiscal de más de ocho años de prisión contra el político cusqueño. El Tercer Juzgado Penal Unipersonal de Cusco, sin embargo, fijó como fecha de audiencia el 13 de marzo de 2024, es decir, de aquí a siete meses. Igual Soto deberá comparecer, junto a otros cinco citados. Un fallo adverso podría sembrar dudas sobre su inocencia en este caso, que aceleró su final por una ley que él mismo apoyó en el Pleno del Congreso.

Además de Cusco llegaron noticias desde Arequipa que involucran a Soto. Allí, la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, confirmó que se abrió una investigación referida a la construcción de un edificio de propiedad del congresista, levantado en la provincia de Urubamba, en una zona monumental del Cusco y que vulneraría los parámetros urbanísticos de esa urbe. “Tenemos que ver qué sucedió en ese momento en que la Dirección de Cultura de Cusco tomó conocimiento de esa situación”, señaló la ministra. La construcción que inició Soto en 2014 consta de cuatro pisos cuando en la zona está permitida inmuebles de dos niveles. Lo de Soto, por ahora, no huele bien.

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