Ana Gervasi renuncia a la Cancillería tras papelón diplomático en EE.UU.

Gervasi se fue sin reconocer su responsabilidad en esta metida de pata de nuestra diplomacia. En una carta dirigida a Boluarte dedicó varias líneas a resaltar lo que ella denominó sus logros al frente del cargo, resaltando que se va porque “cumplió su ciclo”. Nada de culpas.

En Palacio tampoco nadie la lloró. El premier Otárola apenas cumplió con el protocolo de darle las gracias por sus servicios prestados y anunció que en las próximas horas juramentaría quién la sucederá en el cargo.

Aunque fuentes de la Cancillería adelantaron a Perú21 que se barajan varios nombres y no se ha tomado aún una decisión, este diario pudo conocer que entre los candidatos se encuentra Luis Chuquihuara Chil, representante Permanente del Perú ante los Organismos Internacionales con sede en Ginebra, diplomático que tendría cercanía a Otárola y vinculado al gobierno de Ollanta Humala.

La renuncia de Gervasi trajo cola. El embajador peruano en Estados Unidos también dio un paso al costado. A diferencia de la hasta ayer canciller, Gustavo Meza Cuadra asumió su responsabilidad en este hazmerreír internacional. El diplomático sustentó su renuncia en una misiva a la exministra, argumentando que “la embajada que dirijo tuvo a su cargo la preparación de la visita de Boluarte a ese país”.

En su intento porque el Pleno del Congreso apruebe lo que significó, después, el cuarto viaje al exterior de la jefa de Estado en menos de tres meses, Gervasi y varios de sus colegas de gabinete, incluido el premier Alberto Otárola, se encargaron de hacer oficial la fallida cita bilateral, asegurando que la reunión privada ya estaba confirmada en la agenda de Biden. Así también lo había adelantado el propio embajador Meza Cuadra. Es más. Según conoció este diario, el coordinador parlamentario de la PCM llamó a los voceros de las bancadas la noche previa de la votación del permiso en el Pleno, para hacer indicarles que Biden había agendado la reunión.

Apoyada en una foto en donde la mandataria aparece de la mano de Biden en medio de una cita con otros líderes presentes en la cumbre, la Cancillería de Gervasi ensayó tras el escándalo un argumento de defensa poco creíble, señalando que la reunión bilateral sí existió, “aunque no se llevó a cabo con el protocolo que la caracteriza porque los tiempos quedaron cortos”.

La cabeza de Gervasi ya estaba pedida en el Congreso. Legisladores de distintas bancadas la responsabilizaron de esta frustrada cita y exigieron su presencia en el Pleno del Congreso, a donde debía acudir hoy.

Mientras, el parlamentario Héctor Acuña Peralta presentó ayer un proyecto para derogar la ley que permite a la presidenta Boluarte realizar el trabajo remoto mientras se encuentra fuera del país, norma que fue aprobada por el Congreso en junio último. Para el legislador de Unidad y Diálogo Parlamentario, ninguno de los viajes de Boluarte “ha traido resultados”.