Sendero y MRTA: misma violencia, penas distintas. (Foto: AFP)
Sendero y MRTA: misma violencia, penas distintas. (Foto: AFP)

Diana Jáuregui tenía siete años cuando, frente a sus ojos y los de todo su pueblo, Sendero Luminoso asesinó de un balazo a su padre.

Con la inocencia que debe mantener un niño a esa corta edad, nunca había visto un arma. El terrorismo la obligó a presenciar cómo Olimpo Jáuregui fue atado de manos junto a otros dos dirigentes del distrito de Soras, en Ayacucho, para luego ser ejecutados en nombre del denominado ‘juicio popular’.

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Ese 16 de julio de 1984, 40 senderistas encabezados por Víctor Quispe Palomino, alias ‘camarada José’, irrumpieron y llenaron de sangre su pueblo y otros cinco caseríos más. El resultado: se llevaron, sin piedad, la vida de 117 hombres, mujeres y niños.

Cinco años después, en 1989, en el asentamiento humano 9 de Abril de la ciudad de Tarapoto, César Marcelino Carvajal fue una de las ocho personas asesinadas en el bar Las Gardenias. Miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) habían oído sobre un bar gay clandestino, por lo que irrumpieron en el local durante la madrugada y llevaron a ocho transexuales hacia las afueras del local para luego fusilarlos frente a todos.

Ambos grupos terroristas cometieron delitos crueles e inhumanos, tan sanguinarios que serán condenados por siempre, tales como el asesinato de Olimpo Jáuregui y César Marcelino. Sin embargo, no fueron juzgados con la misma severidad.

En cuanto a la diferencia entre las penas que se les dieron a miembros confesos de ambos grupos terroristas, la abogada Gloria Cano, quien es responsable del área legal de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh) en Lima, señaló a Perú21 que lo distinto en cuanto a su accionar podría tener un rol relevante, pero se toma más en cuenta la legislación que esté en vigor.

“Depende de la legislación, es por el tiempo en que se aplica la ley que estaba vigente en el momento de los hechos. También depende de la situación personal dentro de cada condena. Ambas organizaciones eran igual de crueles, pero tal vez (los senderistas recibieron más penas) por la magnitud propia de Sendero Luminoso, la cual tenía una organización mayor que el MRTA, que estaba reducida a ciertos sectores”, aseveró.

En el último punto coincide José Baella, exjefe de la Dircote, quien indicó a este diario que Sendero era una organización terrorista mucho mejor organizada y conformada que el MRTA.

“Sendero abarcó mucho más territorio y fueron más sangrientos. La peligrosidad de ambas organizaciones es una diferencia. El juzgamiento en Sendero fue severo porque ellos utilizaban sus cuatro formas de lucha. En el caso del MRTA, su forma de lucha era para conseguir dinero y autofinanciarse. He ahí las ‘cárceles del pueblo’, donde secuestraban y torturaban a los empresarios”, expresó.

Por su parte, Pedro Yaranga, experto en seguridad integral y narcotráfico, resalta que hay una diferencia abismal entre las penas de los terroristas relacionados a Sendero Luminoso y el MRTA. Mencionó que ambos son terrorismo y que, si bien SL actuó con mayor salvajismo, en las ‘cárceles del pueblo’ del MRTA también murieron rehenes.

“Ambos son sanguinarios, pero con manos blandas han sancionado a todos los dirigentes del MRTA. Pareciera que los jueces han actuado con otra mirada hacia esta organización. A Polay Campos le correspondía cadena perpetua, no solo a él, sino a otros mandos que han sido sentenciados con penas bastante benignas”, expresó Yaranga.

¿Acaso no deberían revisarse esas dóciles condenas que se les impusieron a los emerretistas?

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