Una verdadera pesadilla vivieron los pasajeros del bus de la empresa Molina, que se volcó en el kilómetro 205 de la vía Los Libertadores, dejando un trágico saldo de 29 fallecidos. Entre los sobrevivientes se encuentra Lisbeth Castro, quien viajaba sola hacia Ayacucho y pasó momentos de terror que jamás olvidará.
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En una entrevista con el medio local Ayacucho NewsFlash, Lisbeth relató cómo ocurrió el accidente. Según su testimonio, el conductor del bus habría cometido negligencias que desencadenaron la tragedia.
“No era tanta velocidad, creo que fue el sueño que le ganó al chófer. Primero fue despacito y luego empezó a rodar”, recordó. “Se escuchaba cómo la gente respiraba, durante cinco minutos se escucharon pedidos de auxilio, luego silencio”, sostuvo.
Lisbeth ocupaba el asiento 6 en el segundo piso del vehículo. Aseguró que la infraestructura del bus estaba en mal estado y que solo minutos después de salir del terminal en Lima, sufrió un desperfecto que obligó al conductor a detenerse para cambiar una llanta. Este incidente hizo que los pasajeros esperaran alrededor de una hora en el lugar, aumentando la tensión del viaje.
“Yo venía así nada más (sin cinturón de seguridad), sino que a mi costado no había nadie y me agarré de la silla, pero quedé atrapada; una persona estaba sobre mí, había fallecido sobre mí”, expresó, añadiendo que el bus dio cuatro vueltas de campana.
Los vecinos de la zona reaccionaron rápidamente al escuchar el estruendo del accidente y se apresuraron a ayudar a los sobrevivientes. Sin embargo, algunos pasajeros atrapados en los escombros tuvieron que esperar más de una hora para recibir asistencia de otros ciudadanos, y luego, otras dos horas para ser atendidos por el personal médico.
Lamentablemente, las ambulancias llegaron casi tres horas después del accidente. Un testigo señaló que una de las unidades presentó problemas mecánicos, obligando a las enfermeras a empujarla para ponerla en marcha, como se observa en un video que circula en redes sociales.
Este nuevo accidente se da a tan solo meses de otra tragedia similar en la misma vía, en la que falleció el congresista Édgar Alarcón junto a otras 16 personas.
Al respecto, la Contraloría General de la República ya había realizado un informe en el que reconoce que esta carretera no cuenta con las señalizaciones adecuadas y presenta deterioro.
“Del km 165+510 al km 176+000 se observó que este tramo ha sido intervenido solo hasta la etapa del reciclado, el mismo que se evidenció en varios sectores con deterioro (...) Del km 176+000 al km 264+000 se observó que este tramo ha sido intervenido hasta la etapa del recapeo, sin embargo, también presenta deterioro”, indica la Contraloría.
“Baches, fisuras, deformación, ahuellamiento, piel de cocodrilo, perdida de ligante, material suelto sobre la vía y en otros sectores contaminación con material fino y piedras medianas, aparentemente colocadas por los pobladores para nivelar la vía”, aseguró el órgano de control tras realizar visitas al lugar.
Otra de las observaciones que realizó la Contraloría fue la insuficiente señalización vial en algunos sectores, “tanto en los tramos intervenidos por el contratista (Consorcio Santa Gabriela) desde el Km 165+510 hasta el Km 217+000, así como en los tramos no intervenidos por el Contratista”.
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