Las implacables lluvias que azotaron la región de Apurímac en los últimos días desencadenaron una tragedia de proporciones devastadoras. Dos personas perdieron la vida al caer al río debido al colapso del puente Ballón, arrasado por los huaicos tras el desborde del río Chalhuanca en la noche del último jueves 15 de febrero.
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Las víctimas, identificadas como Miguel Ramírez Anamaria y Lizbeth Ortega Moscoso, ambos de 20 años, se dirigían de regreso de los baños termales de Pincahuacho a bordo de su motocicleta. Sin percatarse del peligro que se cernía, su trágico destino los llevó al colapso del puente Ballón, donde sus cuerpos fueron arrastrados por la corriente hasta ser encontrados por los bomberos a un kilómetro de distancia, atrapados entre piedras y palos.
Además de estas pérdidas humanas, la comunidad de Pauccaraya enfrenta ahora la desolación al perder sus viviendas en el desastre. Diez familias se encuentran desplazadas y a la intemperie, mientras decenas de personas en Pincahuacho están aisladas debido a los deslizamientos. La situación se agrava con la erosión sufrida en un sector de la carretera interoceánica, en el kilómetro 341.
El alcalde de Chalhuanca, Gustavo Carrillo, lamentó la situación, confirmando los fallecimientos y destacando la magnitud del desastre. “Chalhuanca tiene siete comunidades, de las cuales tres están completamente aisladas debido a la pérdida de tres puentes. Las comunidades son Pincahuacho, Unchiña y Pauccaraya”, indicó Carrillo en diálogo con TV Perú Noticias.
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