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Negocios criminales en el Perú: donde delinquir es más rentable que legalizarse
Es en ese sentido que Las economías criminales y su impacto en el Perú, libro escrito por los exfuncionarios del Interior Carlos Basombrío y Ricardo Valdés, junto con el analista Dante Vera, plantea poner sobre la mesa las anteriores preguntas e intentar descifrarlas con variada data, estadística y hechos.
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Por Joma Gálaga
¿Cómo se relacionan delitos como la minería ilegal, la tala indiscriminada de madera, el tráfico de personas, el trabajo forzoso y la usurpación de terrenos? ¿Cuánta ganancia generan para los diversos actores? ¿Por qué es tan complejo eliminar estas actividades?
La multiculturalidad y la biodiversidad son, probablemente, dos de las más grandes banderas por las que los peruanos se sienten orgullosos. Es gracias a esta diversidad que la economía nacional puede progresar, pero con ella también la informalidad y una amplia gama de delitos logran hacerse paso poco a poco.
Es en ese sentido que Las economías criminales y su impacto en el Perú, libro escrito por los exfuncionarios del Interior Carlos Basombrío y Ricardo Valdés, junto con el analista Dante Vera, plantea poner sobre la mesa las anteriores preguntas e intentar descifrarlas con variada data, estadística y hechos.
“Si tú miras cuál es el presupuesto público anual del Ministerio del Interior, del Poder Judicial y del Ministerio Público juntos, tres sectores que deben enfrentar este tipo de criminalidad, no llegan ni siquiera al 70% de lo que recolectan los negocios criminales, que equivale a 7 mil millones de dólares”, menciona Valdés a Perú21.
Los autores sostienen que las economías ilegales, que crecieron exponencialmente sobre todo por la pandemia, se vienen convirtiendo en una de las amenazas más grandes para la seguridad nacional. Esto ocurre especialmente en zonas fronterizas donde la presencia del gobierno es mínima y organizaciones criminales internacionales asumieron el control.
Un caso que se resalta en el libro es el de los denominados Hostiles de la Amazonía, grupo criminal involucrado con la tala ilegal de madera, a quienes la Policía especializada en delitos de alta complejidad y la Fiscalía investigó por cuatro años e intervino en Cusco y Madre de Dios durante 2020.
Dentro de la carpeta fiscal se denunció a 29 personas, de las cuales 14 ya recibieron prisión preventiva. Muchos de ellos eran funcionarios que facilitaban las autorizaciones para legalizar la madera ilegal. La investigación incluso comprometió al exgobernador regional Luis Hidalgo Okimura, a quien se le dictaron 36 meses de prisión preventiva en febrero del presente año.
Este es un claro ejemplo de que el sistema de criminalidad y corrupción en las economías delictivas no puede desarrollarse sin la complicidad de las autoridades regionales que necesitan formar parte de estos círculos ilícitos para lograr sacar provecho de alguna manera.
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Vínculos entre delitos
El libro visibiliza muy detalladamente la existencia de una interrelación y de una visión sistémica del delito. Es decir, cómo se dan la mano una economía criminal con otra para subsistir.
“Queríamos poner sobre el tapete el tema, pues son crímenes que van más allá del simple delito que vemos en la TV, como lo puede ser el robo de celulares a mano armada; es decir, hay una operatividad mucho más extensa. Por ejemplo, en Madre de Dios, la usurpación y el tráfico de terrenos, la tala ilegal, la minería ilegal, el tráfico de personas y el contrabando se dan la mano en un proceso muy corto que busca solo una cosa: extraer el oro”, asegura Valdés.
Un detalle importante es que las economías ilegales generan grandes movimientos económicos ilícitos, creando una cadena de valor informal que las vuelve sostenibles económicamente, pues genera ganancias sustanciales.
¿Es posible crear en el corto o mediano plazo cadenas de valor formales? Al respecto, el libro menciona que, por ejemplo, hasta la fecha no se ha producido ninguna transformación real en la cadena productiva de la minería ilegal.
“Cada una de las economías criminales genera otros delitos, como lavado de activos, para esconder el dinero ilícito; a la vez, esto genera violencia, pues, para seguir con el negocio criminal, asesinan mediante sicarios. Eso, a su vez, genera una competencia entre mafias y, partiendo de su existencia, también se relaciona la corrupción de funcionarios. Es un círculo de delincuencia que genera delincuencia”, ejemplifica Valdés respecto a la manera en que una gran cantidad de delitos se interrelacionan, complejizando la problemática.
De la misma manera, el exministro del Interior Carlos Basombrío afirma a este diario que todas las economías criminales generan otros círculos ilícitos.
Además, comenta que hay ciertos delitos que son enfrentados por demasiadas entidades del Estado, de tal forma que se requiere una reorganización funcional para saber quién, cuándo y dónde va a intervenir.
“Es una tarea que corresponde tanto al nivel local como al regional y en especial al nivel nacional. Instituciones dedicadas a enfrentar los delitos hay, pero no siempre se avanza o consiguen objetivos”, asevera.
Datos
Solo en 2020 murieron cinco defensores del medio ambiente en Madre de Dios, Junín, Ucayali, Huánuco y Amazonas.Para la OIT, la esclavitud moderna o trabajo forzoso moviliza ganancias ilegales totales de US$150 mil millones al año.
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