Lady no ha tenido una vida fácil. Estudió Física en la Universidad Nacional del Callao y desde muy joven trabajó como profesora de Matemáticas para costear sus estudios. Sin embargo, en noveno ciclo tuvo que dejar la universidad, pues quedó embarazada de gemelos. Su gestación fue muy delicada y la obligó a guardar cama desde las 5 semanas de embarazo hasta casi cumplir los 9 meses.
Misael y Adriel nacieron sanos. Los hermanitos dormían y lloraban como otros niños de su edad. Empero, el tiempo pasaba y con un año y medio encima no hablaban, no caminaban y ni siquiera podían sentarse solos. Lady, como madre primeriza, pensaba que eso era normal. Sin embargo, los abuelos de los niños sospecharon que algo ourría. Por ello decidieron hacerles una serie de exámenes y luego de varias pruebas el diagnóstico llegó: los gemelos tenían autismo severo.
La familia de Lady quedó en shock y le dio la espalda porque pensaba que eso era un retraso para su vida. Aunque en un primer momento el padre de los niños también se alejó, enseguida entendió la situación y apoyó a su esposa y a sus hijos, convirtiéndose en el único sustento.
En tanto, Lady no se rindió. “Para mí la noticia fue chocante, lloré y lloré mucho y hasta ahora tengo mis momentos de duelo. Pero desde el primer día todo es interno. Para mis hijos pongo mi mejor sonrisa y siempre estoy feliz, pues como mamá debo afrontar esto con fortaleza y pensando en su futuro”, sostiene.
Los gemelos ya tienen 10 años y tres meses y hace dos años acuden al centro Ann Sullivan del Perú, una organización para personas con habilidades diferentes, que está apoyando la rehabilitación de los hermanitos. Lady cocina de madrugada para llevar a sus niños por las mañanas a sus terapias que costea a través del Seguro Integral de Salud. En la tarde, después de almorzar en el camino, acude al centro Ann Sullivan para que los niños continúen con su rehabilitación.
No obstante, la vida le puso más pruebas a Lady. Hace dos semanas, Jana, su hija menor, de solo un año y cuatro meses, también ha sido diagnosticada con un retraso que parece indicar un autismo. “Mi Jana no habla, no camina, no gatea, no se arrastra ni nada. Es similar a lo que pasó con los gemelos y por eso ya la estoy llevando a rehabilitación”, comenta Lady.
A pesar de todas las dificultades, Lady no se ha dado por vencida. Ella sigue sonriendo a la vida y sueña con el día en que sus hijos sean “independientes, productivos y felices”.