Así lo informo la Red Asistencial Lambayeque del Seguro Social de Salud (EsSalud), quienes ante una inminente segunda ola de contagios por el coronavirus, reforzaron sus principales hospitales de la región, con 51 camas de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para pacientes críticos con COVID-19 y otras enfermedades.
Las 51 camas UCI se repartieron en los hospitales Almanzor Aguinaga y Luis Heysen. En tanto 33 de estas servirán para atender a pacientes graves por el COVID-19; de las cuales 9 cuentan con cánulas binasales pasa suministrar oxígeno. Asimismo, las 18 camas restantes serán para los asegurados que tengan otras enfermedades.
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Cabe mencionar que, en marzo, el hospital Luis Heysen Incháustegui solo tenía 6 camas UCI para atender a los internos graves infectados por el coronavirus.
“A la fecha, contamos con 16 camas en esta unidad y a estas se suman 9 camas de cánulas binasales de alto flujo que nos ayudan para que el paciente evite la UCI o llegue en mejor estado”, detalló el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos y de la Unidad de Aislamiento Hospitalario Covid-19 de este nosocomio, doctor Julio Cossio Chafloque.
Además, Cossio Chafloque, explicó que la estancia en una cama UCI por paciente es por un tiempo mínimo de 25 días, por ello, la ocupación en esta área se ha mantenido en 95 o 100% desde el repunte de la pandemia.
“Contar con camas UCI demanda no solo de un ventilador volumétrico, se requiere también de un monitor multiparámetros, una serie de bombas de infusión, presión negativa y positiva, y profesionales médicos especialistas” detalló.
Finalmente, el especialista agregó que lo más adecuado es evitar que el paciente llegue a una UCI. “Si tenemos un paciente con fiebre y frecuencia cardiaca muy alta es mejor llevarlo a un hospital para que reciba tratamiento oportuno. Muchos llegan con 70 u 80 de saturación, con demanda de 15% de oxígeno, por lo que poco podemos hacer por ellos. Recibir oxígeno a tiempo es vital para la recuperación”, recalcó.