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LA RUTA UNACEM

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Fecha Actualización
UNIDOS CRECEMOS PARA CONSTRUIR UN MUNDO SOSTENIBLE
PEDRO LERNER | CEO del Grupo UNACEM
Fiel a nuestro propósito corporativo, el Grupo UNACEM decidió impulsar la primera Área de Conservación Privada de Lima Metropolitana, el Santuario de Amancay, y proteger la flor símbolo de la ciudad de Lima, la flor de Amancay.
Dedicamos este compromiso con la conservación del medio ambiente a la ciudad que nos vio nacer hace más de 100 años y a todos los peruanos. Siendo un grupo industrial enfocado en materiales de construcción, generación de electricidad, ingeniería y servicios relacionados con más de 6,000 trabajadores en Perú, Estados Unidos, Ecuador, Chile y Colombia, enfocamos nuestro trabajo diario en mejorar la vida de las personas con productos y servicios de calidad.
La Flor de Amancay y el Santuario que ilustra la portada de este Suplemento simbolizan para nosotros una filosofía basada en la unión de talento, excelencia y compromiso para construir un mundo sostenible.
Asumimos en cada acción la responsabilidad de cuidar el medio ambiente; contamos con más de 45 acciones climáticas que van desde la conservación de ecosistemas hasta el uso eficiente del agua, así como con una hoja de ruta para alcanzar la carbononeutralidad de nuestras operaciones industriales cementeras.
Hace varias décadas iniciamos el largo viaje de la sostenibilidad, y hoy queremos compartir con ustedes la ruta trazada.
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LA HOJA DE RUTA DE UNACEM: DESDE CONSERVAR UNA FLOR EN ESTADO VULNERABLE HASTA TRANSFORMAR LA INDUSTRIA DEL CEMENTO
El Grupo UNACEM tiene una gran meta como empresa industrial: reducir su huella de carbono y alcanzar la carboneutralidad en el año 2050. Para lograrlo, apuesta por las soluciones basadas en la naturaleza. El Santuario de Amancay es un ejemplo de ello. Es una iniciativa tangible de conservación desde el sector privado.
¿Qué significa ser carbono neutro? La respuesta está en el dióxido de carbono o CO2. La meta al 2050 supone que todo el CO2 liberado a la atmósfera debido a las actividades del grupo empresarial se equilibre con la cantidad de dióxido de carbono que se absorbe o elimina o compensa. Reducir la emisión de estos gases de efecto invernadero supone un camino largo, complejo pero posible y necesario.
El cemento es el principal producto de UNACEM, y es el segundo elemento más utilizado en el mundo después del agua. La piedra caliza, materia prima de la que se hace el cemento, se descompone en CO2 durante el proceso industrial, y por ello es un importante emisor de CO2. Por ello la responsabilidad de hacerse cargo. Y para ello ha trazado una Hoja de Ruta para reducir su impacto medioambiental con metas específicas al 2030, hito importante hacia la meta 2050.
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Actualmente, la huella de carbono del Grupo UNACEM es de 607 kilogramos de CO2 por tonelada cementicia. Con la Hoja de Ruta al 2030, se tiene como objetivo llegar a 500 kilogramos, es decir, una reducción de 107 kilogramos en los próximos años.
Como indica Carlos Adrianzén, gerente de Seguridad, Medio Ambiente y Sostenibilidad de UNACEM Perú, la reducción de CO2 se logrará a través de 5 ejes:
1. Reducir el factor clínker en el cemento agregando otros materiales cementicios, sin afectar la calidad del producto.
2. Usar combustibles alternativos limpios para disminuir el uso de combustibles fósiles, como por ejemplo biomasa proveniente de residuos forestales, aceites reutilizados, entre otros.
3. Promover la eficiencia energética y consumo de energía eléctrica más limpia en los procesos operativos.
4. Captura de carbono y compensaciones usando tecnología o a través de soluciones basadas en la naturaleza.
5. Invertir en nuevas ideas y desarrollo de nuevas tecnologías, acciones o procesos que lleven a reducir las emisiones de CO2.
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LA NATURALEZA Y SU ROL PARA REDUCIR EL CO2
Gabriel Quijandría, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, pone los reflectores sobre uno de los ejes fundamentales del Grupo UNACEM en su hoja de ruta hacia la carbononeutralidad.
En medio de la batalla global que la industria del cemento ha iniciado para disminuir las emisiones de CO2, existe un factor de vital relevancia que permite compensar la huella de carbono que genera esta actividad. Más allá de las medidas a favor de la eficiencia energética que diversas compañías ya aplican en sus respectivos negocios, las potenciales inversiones en temas forestales y en reservas naturales se convierten en una alternativa para la captura del carbono, que está siendo desaprovechada. Al respecto, Gabriel Quijandría, director regional para Sudamérica de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ahonda en los esfuerzos del Grupo UNACEM por tener este tipo de intervenciones que permitan neutralizar las inevitables emisiones o compensarlas, como lo es el trabajo de conservación en el Santuario de Amancay.
“Las soluciones de compensación de emisiones basadas en tecnología son importantes y obviamente van a tener el rol principal en la reducción de la huella. Pero en países como Perú, Ecuador, y Chile, donde el Grupo UNACEM tiene actividades, el rol de los ecosistemas, de la naturaleza, para ayudar al proceso de descarbonización es fundamental”, indica Quijandría.
El experto internacional señala que en UNACEM existe un convencimiento pleno de que la naturaleza es parte de la solución para descarbonizar la industria. “Además, es una ventaja comparativa de países con alta diversidad biológica como los de América Latina, África o incluso los de Asia que también tienen un potencial muy grande de fijación de carbono y reducción de las emisiones. Es un rol que los países megadiversos como el Perú deben potenciar sin dejar de lado las soluciones tecnológicas que son las que tienen que venir primero”, agrega.
“Destaco el liderazgo y el ambicioso posicionamiento del Grupo UNACEM en esta discusión que tiene el mundo. Porque si una empresa peruana se atreve a dar soluciones que pueden tener aplicación a nivel global sería, realmente, un golazo”, finaliza Gabriel Quijandría.
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UN SANTUARIO PARA UNA FLOR
“UNACEM TIENE TATUADO EN SU ADN LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE”
Tomada como símbolo del enorme compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente, la flor de Amancay y su ecosistema renacen en el santuario impulsado por UNACEM.
Cada año, entre los distritos de Lurín y Pachacámac, un hermoso manto amarillo cubre las Lomas de Quebrada Río Seco. La flor de Amancay es la responsable del deslumbrante paisaje que a inicios de invierno tiñe de vida y tradición esta pequeña parte de la costa peruana que se ha convertido en su hábitat ideal. La fragilidad del ecosistema donde nace la flor emblema de Lima y el peligro al que está expuesta fueron las razones principales que impulsaron al grupo empresarial a crear en 2021 el Santuario de Amancay, la primera Área de Conservación Privada (ACP) de Lima Metropolitana. Pero la historia que ha convertido a la flor de pétalos dorados en símbolo del compromiso de UNACEM con la conservación y la acción climática empezó mucho antes.
Hace 23 años, como señala Pedro Gamboa, director de Conservación y Articulación Social de la Asociación UNACEM, se identificó un espacio con una alta concentración de flor de Amancay. De la mano de las ONG Floralies y Prodena se inicia la preservación de aproximadamente 70 hectáreas. “La flor de Amancay crece en un ecosistema de lomas, es decir, es una flor endémica de la zona. Por esta razón decidimos ampliar el lugar de protección y, dentro de nuestra política de desarrollo sostenible, se inició en 2021 un expediente para establecer un ACP que aumentó en 11 veces el área inicial”.
En total, son 787 hectáreas de espacio natural las que a partir de entonces volvieron a florecer, a pesar de la amenaza que significa que el 58% de la población de Lima viva alrededor de las lomas costeras y que un estudio de Naciones Unidas sobre el Sistema de Lomas limeño reporte que anualmente estas pierden más de 100 hectáreas de territorio. La labor de UNACEM en el Santuario de Amancay ha sido reconocida por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía y por los Premios IPAE en la categoría Promoción de la Cultura.
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¿Por qué decidieron rescatar la flor de Amancay?
Porque representa la identidad de Lima, pero también porque es una flor en estado vulnerable de extinción. Solo hay flor de Amancay en las lomas y solamente hay lomas en dos países, en Perú y Chile. Nosotros tenemos la mayor concentración, posiblemente entre 60% y 65%. Por eso cuando hablamos del ecosistema de lomas hablamos de un ecosistema único. Tratamos de conservar lo que denominamos “mosaicos de conservación”, es decir, corredores biológicos. Por eso ayudamos y capacitamos a las lomas cercanas, porque sabemos que si las Lomas de Lúcumo o las Lomas de Paraíso desaparecen van a afectar al área protegida.
¿Cuál es la estrategia de conservación?
Tenemos tres campos de acción. Investigación, porque antes de tomar decisiones tenemos que estar informados para no perjudicar el ecosistema. Educación, porque estamos convencidos de que solo se cuida lo que se conoce y por ello apostamos por la formación de los niños que son el futuro de nuestro país y el fortalecimiento de capacidades de nuestras comunidades como aliados para el desarrollo. Y el deporte, porque la actividad física al aire libre genera bienestar. Impulsamos actividades deportivas de aventura, ciclismo y running. Tenemos cinco circuitos delimitados en donde buscamos garantizar la conservación del patrimonio natural y cultural. Los deportistas no solo tienen mucha conciencia ambiental, sino que su presencia genera una economía local.
¿Y el tercer campo de acción?
El tema cultural y de educación. En la ACP hay un sitio arqueológico que según las investigaciones servía como sede logística para el séquito que acompañaba a las autoridades que venían al santuario de Pachacámac. Este sitio se llamaba Pueblo Viejo Pucará. También existe una zona de vigía, desde donde los antiguos peruanos podían observar todo el valle y ver si había amenazas. Desde hace tres décadas estamos apoyando, mediante un convenio con la Pontificia Universidad Católica del Perú, la conservación de este espacio y un cementerio en Tablada de Lurín. En educación, hemos generado el programa Unidos por las Lomas, que empezó con visitas de estudiantes al área protegida para que conozcan la flor de Amancay y su ecosistema. También una campaña de enseñanza vivencial, dentro de un programa de sensibilización con el cual hemos llevado 1,800 jóvenes al área protegida.
¿Cómo ha impactado el trabajo de UNACEM en la flora y fauna de las lomas costeras?
Cuando se pide el reconocimiento al Ministerio del Ambiente, el expediente pasa primero por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). En él se registra el monitoreo de las especies encontradas. El compromiso que tenemos es mantener el número de especies. Hace poco hemos avistado un zorro, especie que señala que hay alimentos y eso significa que la cadena alimenticia está yendo muy bien. Una de las cosas que haremos son acciones de restauración, es decir regresar lo que existía. En la zona hay una desmontera que estamos recuperando y por ello hemos creado el “Paseo de la Restauración” donde nuestros visitantes pueden sembrar un árbol con el compromiso de cuidarlo.
¿Qué desafío mayor enfrenta el trabajo de preservación de estas lomas?
Las áreas naturales protegidas deben convertirse en polos de desarrollo, como Paracas que anualmente lleva un promedio de 600 mil personas y es el segundo lugar más visitado después de Machu Picchu. Creemos firmemente que la conservación sí puede generar oportunidades. Esta iniciativa demuestra que la empresa no es un obstáculo para la sostenibilidad, que puede convivir en aprovechamiento de los recursos naturales ordenado, fiscalizado y normado. El Santuario de Amancay es una iniciativa voluntaria de nuestra empresa. No estamos obligados a tenerla, pero UNACEM tiene tatuado en su ADN el tema de la conservación y es parte de nuestro gran compromiso ambiental y de sostenibilidad.
¿Es posible visitar el Santuario de Amancay?
Totalmente. El ingreso al ACP es gratuito, pero para el ingreso a las zonas más frágiles se requiere los servicios de un orientador local.
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“PERÚ TIENE BASES SÓLIDAS PARA AVANZAR EN SU DESCARBONIZACIÓN”
Ricardo Pareja, director de Innovación y Acción Climática de la Federación Interamericana del Cemento (FICEM), comparte su mirada sobre la Hoja de Ruta de la industria cementera y analiza los aspectos favorables que guían al Perú hacia la carbononeutralidad.
¿Cuáles son los antecedentes de los esfuerzos de descarbonización de la industria cementera?
Somos una industria que desde 2001, a nivel mundial, tenemos una metodología para medir nuestro impacto relacionado con las emisiones de gases efecto invernadero, en particular el CO2. Cualquier empresa que quiere ser responsable debe tener una buena base de indicadores para entender cuál es la huella que se genera y cómo se podría optimizar. Desde hace 15 años en FICEM impulsamos estas prácticas que cumplen con los criterios del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), que son los estándares internacionales que aplicamos.
Y en el caso del Perú, ¿desde cuándo se registran los primeros esfuerzos en ese sentido?
Hasta hace unos años atrás, la industria en Perú no tenía esta práctica y hoy en día el 100% de la producción integrada de cemento del país se registra con esta metodología de medición, verificación y reporta sus datos a nivel mundial directamente a FICEM. Ese fue el primer paso, la medición correcta, porque lo que no se mide no se mejora. Desde 2015, con la irrupción de la Conferencia sobre el Cambio Climático de París (COP21) y la nueva propuesta de descarbonización, toda nuestra región se alinea tanto a este formato de reportabilidad, como a las metas de reducción de CO2 de mediano y largo plazo establecidas.
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¿Cuál es su análisis respecto al Perú y la incorporación de su Hoja de Ruta?
Perú publica su Hoja de Ruta en 2022 alineado con la estrategia global y, fundamentalmente, con la estrategia regional que lidera FICEM, que ha sido el referente para la gestión climática de la industria del cemento en el país. Lo que estamos haciendo ahora es ampliar su alcance. Primero, es necesario relacionarse con las autoridades para impulsar marcos regulatorios que ayuden a que esta estrategia conjunta se pueda llevar a cabo. Estamos desarrollando en nuestras Hojas de Ruta la participación público-privada, uno de nuestros principales pilares de acción. Entendemos que el cemento tiene un rol fundamental en la calidad de vida de las personas, por lo que hoy es necesaria además, la descarbonización, lo que requiere del trabajo conjunto entre autoridades, consumidores, sociedad civil y la industria. También es necesaria una mirada de mediano plazo, por ello miramos el 2030 porque estamos convencidos de que lo que no se hace rápidamente no se va a hacer. Además de las acciones de corto y mediano plazo, tenemos una visión hacia el 2050, referida a cómo vamos a ir implementando otras tecnologías y otras formas constructivas, para alcanzar la carbononeutralidad.
¿Qué desafíos enfrenta el Perú para lograr estos objetivos?
Muchas veces se tiende a mirar ejemplos de países desarrollados, pero cada país tiene su propia realidad. Es más, la realidad de Lima no es la misma que en Arequipa o Piura. Los diversos climas, el desarrollo, el acceso a vivienda o al agua potable, entre otros, deben ser considerados. Hay que entender cada contexto. El nivel de informalidad que hay en la economía tiene que ser parte de la ecuación, porque en el Perú se va a seguir, por ejemplo, con la autoconstrucción.
Entonces, ¿por qué no optimizar las mezclas o entrenar al maestro de la construcción? Por eso, el primer desafío es tener un diagnóstico en conjunto con las autoridades, las empresas de construcción, arquitectos, diseñadores, la gente que construye informalmente y la industria. Otro desafío relevante es la valorización de residuos en la industria del cemento; en países como Austria o Alemania cerca del 90% de la energía que requieren los hornos de cemento proviene de combustibles derivados de residuos, esta palanca, además, aporta a reducir la grave problemática en la gestión integral de residuos que existe en el Perú.
¿Cómo examina el proceso de descarbonización del Perú?
Vamos a los hechos. Perú ya tiene una Hoja de Ruta firmada por las tres compañías cementeras que producen el 100% del clínker en el país. Tiene hornos de producción de clínker con los más altos estándares de eficiencia energética a nivel global. Tiene condiciones naturales a favor, como las puzolanas provenientes de los volcanes que reemplazan al clínker en el cemento, el cual es la principal fuente de CO2 en la producción de cemento. Prácticamente en 30% se ha reducido el contenido de clínker en el cemento a nivel mundial y este indicador debe seguir mejorando. Perú lo está aprovechando y lo puede aprovechar mucho más. Por otra parte, en varias regiones ya se usa como combustible principal el gas natural, que tiene la mitad de la huella de CO2 que el Pet Coke, combustible más utilizado en los hornos. Perú tiene bases sólidas, el compromiso gerencial y una estructura bastante ordenada para asumir un reto de este nivel. Es esencial que los marcos regulatorios faciliten esta transformación, lo que permitiría que Perú alcance un importante liderazgo a nivel regional. Adicionalmente, la industria del cemento peruana pertenece a capitales nacionales y cuando eso sucede el compromiso no se limita solo a la industria, sino que al desarrollo sostenible de todo el país.
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HACIA LA PRODUCCIÓN SOSTENIBLE DE CEMENTO
EDUARDO SÁNCHEZ | Gerente General de UNACEM Perú
En UNACEM creemos que el cemento es motor de desarrollo. Estamos presentes en los proyectos emblemáticos y en los sueños de millones de peruanos a través de marcas líderes como Cemento Sol, Cemento Andino y Cemento Apu.
Estamos convencidos de que el cemento y el concreto son absolutamente necesarios para el desarrollo del mundo. Y en un país como el Perú con infraestructura por desarrollar.
Somos optimistas del futuro que hoy estamos construyendo como industria. El camino hacia la descarbonización que hemos trazado es parte de esta visión. En nuestro caso, nuestra ambiciosa ruta hacia la carbononeutralidad ha seguido un derrotero que dio sus primeros pasos hace 30 años con la sistematización de todas las acciones que el grupo venía desarrollando. Desde hace décadas, se tomó la decisión de ir apostando por acciones amigables con la gestión de los recursos naturales, del medio ambiente y la gestión social. A partir de los 90, también se realizaron inversiones importantes en energías renovables. Y se impulsaron iniciativas como el Santuario de Amancay que hoy podemos disfrutar.
El avance logrado ha significado una importante inversión en recursos, tiempo y talento. El esfuerzo se traduce en la Hoja de Ruta adoptada y que ha establecido cinco ejes de reducción de CO2 en la producción de cemento.
El primero es la disminución del contenido de clínker. La tecnología que existe en la industria mundial cementera requiere explotar caliza de las canteras y llevarla al horno para luego producir clínker, principal componente del cemento. Es durante este proceso de horneado que se genera el 90% de las emisiones.
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El segundo pilar es el cambio de matriz de combustibles. Hoy en día se usa mucho más gas natural en la actividad cementera, pero todavía se utiliza un alto porcentaje de GLP, carbón, petróleo residual o pet coke. La idea es ir cambiando estos combustibles e incorporar otros alternativos que generen beneficios a la sociedad, como por ejemplo, los residuos sólidos como energía.
El tercer pilar tiene que ver con la eficiencia eléctrica y térmica y cómo mejorarla en los procesos productivos. Hasta aquí llega la meta al 2030. Los otros dos ejes se alinean al objetivo mayor de la descarbonización total. Pero promover la innovación en la industria de cemento mediante nuevos materiales, productos, tecnologías y mercados, aún está en proceso. La quinta y última palanca se enfoca en la captura de carbono y compensación.
Sabemos que la principal causa de generación de gases de efecto invernadero es la pérdida de los bosques en la selva amazónica. De acuerdo a ello, concentramos esfuerzos en generar un portafolio de soluciones basadas en la naturaleza que nos permita luchar contra esta contaminación, pero que además nos autorice a capturar, por ejemplo, CO2 de los bosques. El Grupo apoya iniciativas de conservación como el Santuario de Amancay o la protección de la Reserva Paisajística Nor Yauyos-Cochas. Como corolario son más de 45 las acciones climáticas del grupo orientadas a estos cinco pilares.
Los esfuerzos en nuestras plantas cementeras muestran importantes resultados: el 90% de la energía eléctrica que usamos en la fabricación de cemento proviene de fuentes renovables, el 65% de la energía térmica en hornos para la producción de clínker proviene de gas natural, aprovechamos el 59% del total de los residuos generados y, recientemente, obtuvimos el tercer nivel de la huella de carbono del Ministerio del Ambiente. Una señal de nuestro avance a paso firme para cumplir con nuestros compromisos.
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