Pese a que los establecimientos de salud están desbordados por el aumento de contagios por COVID-19, un equipo de especialistas del hospital II Huánuco de EsSalud realizó una proeza médica al salvar la vida de un niño de cuatro años tras extraerle una llave de 5 centímetros que se había tragado y se encontraba alojada en su esófago.
A través de procedimiento endoscópico, el personal médico de la Red Asistencial Huánuco de EsSalud encabezado por la médico gastroenteróloga, doctora Edith Altamirano, retiró el cuerpo extraño del menor de iniciales N.L.J. (4)
Tras la exitosa intervención, la especialista señaló que en la intervención fue necesario utilizar un pequeño dispositivo en la punta del endoscopio la cual abrió campo y extrajo la llave a fin de evitar que los bordes del objeto dañen la mucosa del esófago del pequeño.
MIRA: Huánuco: Sacerdote oró por personal de salud y pacientes con COVID-19 [VIDEO]
“Este procedimiento exitoso duró aproximadamente 6 minutos. Gracias a Dios, todo salió bien sin la necesidad de que el niño sea intervenido quirúrgicamente, para nosotros eso es una satisfacción”, dijo la doctora Altamirano.
Asimismo, señaló que luego de la operación, el menor permaneció en sala de observaciones del nosocomio y tras evolucionar de forma favorable, fue dado de alta sin complicaciones.
Mencionó que en lo que va del 2021 se ha logrado extraer con éxito tres cuerpos extraños, todos tragados por niños menores de 4 años, uno de ellos una pila de botón que se tragó un bebé de un año.
MIRA: Huánuco: En enero se recuperaron más de 550 pacientes con COVID-19
Asimismo, dijo que se han realizado cerca de 100 endoscopias para el diagnóstico de úlceras y displasias, así como colonoscopías para la detección de cáncer de colon, recto, hemorroides, entre otros.
Finalmente, exhortó a la población respetar las medidas sanitarias como el uso de la mascarilla, el lavado de manos constante y el distanciamiento social para evitar el contagio del coronavirus.
VIDEO RECOMENDADO
Reino Unido detecta una nueva mutación en la “variante británica” del coronavirus