Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

HISTORIA. Todos saben que el 29 de junio de todos los años es feriado, pero pocos conocen la razón. Cada año en este día, al menos en los países con población católica, se celebra la solemnidad conjunta de en conmemoración al martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso.

Los análisis historiográficos y exegéticos señalan que San Pedro y San Pablo fallecieron en Roma bajo el gobierno de Nerón, y según la tradición católica, en el 29 de junio se celebra el aniversario de sus muertes o del traslado de sus reliquias.

La fiesta de San Pedro y San Pablo es una de las más grandes para los cristianos católicos y ortodoxos, al punto que en varios países del mundo se festejan, aunque cada uno de manera diferente.

En el Perú, la fiesta de San Pedro y San Pablo del 29 de junio se celebra en ciudades como Chimbote, Callao, Moquegua y Puno. Por ejemplo, en la celebración en Chorrillos en honor a San Pedro, patrón de los pescadores, participan diversas autoridades, devotos y turistas. Además, la ceremonia incluye un tributo al pescador José Olaya, mártir que murió en manos de las fuerzas del virreinato.

LA FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO EN OTROS PAÍSES

En México, la celebración se lleva a cabo en la Feria de la Talavera, Tlaxcala y se incluyen bailes típicos de la región agrícola y ganadera, grupos de música nacionales e internacionales. Además, de San Pablo del Monte, la fiesta religiosa se lleva a cabo en localidades mexicanas como San Pedro y San Pablo Ayutla, Mixe y San Pablo Villa de Mitla.

En Venezuela cada 29 de junio en las ciudades Guatire y Guarenas, del estado Miranda, se celebra la Parranda de San Pedro. La parranda es una danza de origen colonial donde bailan niños y adultos con la cara pintada de negro. Durante la fiesta, los danzarines —gracias a una suela de cuero que amarran a sus pies— zapatean y generan percusión mientras cantan y llevan a una figura de San Pedro en procesión.

En Chile se celebra con múltiples manifestaciones de devoción, que empieza con una misa en cada iglesia de los puertos y caletas de Chile, seguida de una procesión cargando la figura de San Pedro para ser embarcada en un navío decorado con flores.