El caso de ha demostrado que el existe y es un problema grave en el Perú. La joven, que fue quemada en un ómnibus de transporte público y ahora está sedada y necesita 10 cirugías plásticas para atenuar las cicatrices del brutal ataque, había sido perseguida y hostigada durante dos años por , quien no le perdonaba que no le correspondiera sentimentalmente.

Eyvi no es la única. El jueves, María Hernández Flores fue acuchillada en su centro de labores por Luis Pasos Chumo, un compañero de trabajo con quien tuvo una relación pero que, tras terminar, la acosaba y perseguía a toda hora.

Ambas jóvenes sufrieron acoso sexual laboral, que es la conducta ofensiva y de connotación sexual que se presenta en un ambiente de trabajo y es rechazada por la víctima. Sin embargo, también sufrieron acoso sexual callejero, porque el hostigamiento y el asedio se trasladaron al espacio público, afectando su libertad y su estabilidad emocional.

En el Perú, aunque existen normas para cada caso, las leyes no son muy claras para sancionar estas situaciones. Existe, por ejemplo, la Ley 27942, que regula el hostigamiento sexual laboral y establece que cada institución pública y cada empresa deben aprobar sus mecanismos para castigar estas conductas.

Sin embargo, se denuncia muy poco. Eliana Revollar, adjunta para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, señaló que se trata de un tema invisibilizado, aunque ocurre con frecuencia y no solo en situaciones de jerarquía.

Según la Defensoría del Pueblo, desde el año 2016 a la fecha, seis gobiernos regionales y tres ministerios aún no han aprobado su normativa para estos casos. De 21 denuncias presentadas en ese periodo en el ámbito público –en gobiernos regionales, en el Poder Judicial y en el Ministerio Público–, solo dos casos fueron sancionados, uno con una amonestación y otro con una suspensión de 15 días.

(Perú21)
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ACOSO CALLEJERO

En el Perú existe también la Ley 30364, que recoge varios tipos de violencia y, entre ellas, el acoso sexual callejero. Según la ley, las mujeres que son víctimas de este tipo de acoso pueden recibir medidas de protección y denunciar por la vía penal los casos en las comisarías, el Juzgado de Familia y en la Fiscalía, si es menor de edad.

Sin embargo, la Defensoría del Pueblo ha constatado que en la mayoría de casos no se denuncia porque el tipo penal de acoso sexual callejero no existe en el Perú. Esto significa que quien denuncia debe buscar pruebas para ver si su caso encaja en los tipos penales que sí existen: injuria, actos contra el pudor, exhibiciones o publicaciones obscenas, actos contra las buenas costumbres, secuestro, etc., todos los cuales tienen penas muy benévolas.

“El temor, la vergüenza o el desconocimiento de las leyes desanima a la víctima y por eso hay muy poco registro”, aseveró Revollar.

HAY MUCHOS CASOS

Aunque en el país no se cuenta con un registro oficial de los casos de acoso sexual, el Ministerio de la Mujer atendió este año a casi 70 mujeres por este tema. Asimismo, en el periodo entre enero de 2013 y diciembre de 2016 se reportaron 1,341 casos de acoso sexual.

Plan Internacional Perú, una ONG que trabaja en este tema, señaló que en solo una semana –desde que se puso en marcha la plataforma digital Free To Be, que identifica los lugares seguros e inseguros para las mujeres–, han recibido 550 reportes de acoso sexual callejero y violencia.

“Aunque esos datos aún deben ser corroborados, muestran una incidencia alarmante sobre la violencia que está en las calles”, dijo Selmira Carreón, coordinadora del proyecto Ciudades Seguras para Niños de Plan Internacional.

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Carreón agregó que, según una encuesta de la ONG realizada en Carabayllo, el 98% de niñas de este distrito estuvo expuesta a acoso sexual en el transporte público. En tanto, Adriana Lorenzo, de Paremos el Acoso Callejero, anotó que un estudio de la Universidad Católica, dio a conocer que 7 de cada 10 mujeres peruanas de 18 a 29 años fueron víctimas de acoso sexual callejero en 2016. Además, refirió que estudios realizados por este colectivo revelaron que en el Perú las niñas comienzan a ser víctimas de acoso sexual callejero desde los 10 años.

“Las cifras son alarmantes, estamos hablando de niñas que empiezan a salir al espacio público solas y hasta han dejado de asistir al colegio por esa situación, pues había hombres que las seguían. Tenemos un problema grave por el machismo que está rebalsando todos los límites”, subrayó Lorenzo.

Pero en este tema también las municipalidades tienen responsabilidad. La Ley 30314 obliga a las comunas a dar ordenanzas para proteger a las personas del acoso sexual callejero. No obstante, la Defensoría del Pueblo alertó que solo 12 municipalidades de las 43 que existen en la ciudad han aprobado alguna norma, pero sin ninguna unidad, pues cada distrito tiene sus propias regulaciones y multas.

Por ejemplo, mientras en Barranco los casos de acoso sexual se sancionan con una multa de una UIT (unidad impositiva tributaria, equivalente a 4,150 soles), municipalidades como Ate, Pueblo Libre o Cañete no definen una sanción para esos casos. Además, en todos los casos la sanción va a las arcas municipales. A la víctima no le llega nada.

MEDIDAS CORRECTIVAS

Adriana Lorenzo sostuvo que, aunque hay un avance en la visibilización de la problemática y cada vez más personas reconocen que el acoso existe y causa daño, aún hay mucha dificultad para probar los casos. “No todas tenemos el celular todo el tiempo para grabar el hecho”, comentó.

Para Lorenzo, la principal arma para luchar contra esta problemática es la educación. “Es importante que la currícula escolar incluya la educación sexual integral y que se enseñe desde temprana edad el respeto a las personas. Además, el Ministerio del Interior debe capacitar a los policías sobre cómo enfrentar las denuncias de este tipo”, sostuvo.

Revollar también consideró importante aprobar un tipo penal específico que sancione las distintas manifestaciones de acoso. “En el Perú las leyes son muy generales. Si hubiera una ley específica, tal vez se hubiera podido evitar agresiones como la de Eyvi”, aseveró.

TENGA EN CUENTA

- Free to Be es una campaña de Plan Internacional para que las mujeres señalicen los puntos en los que han sido víctimas de acoso en Lima y Callao.

- A solo una semana de su lanzamiento, más de 550 personas ya han localizado los lugares en los que han sufrido violencia.

- Puede acceder a la plataforma hasta el 31 de mayo en lima.planfreetobe.org