El papa Francisco está en Trujillo celebrando una misa para los habitantes de la ciudad en honor a la Virgen de la Puerta, patrona de Trujillo y cuya devoción se extiende en todo el norte del Perú. Esta vez, el actual jefe del Vaticano la nombró además como Madre de La Misericordia y de La Esperanza.
Si bien el Santo Padre entronizó a la venerada imagen de Otuzco, esta no es la primera vez que la sagrada imagen recibe tal distinción. En 1943, un representante del papa Pío XII, coronó a la venerable y la declaró Reina de la Paz Universal. A continuación te presentamos la historia de la Santísima Virgen.
LA VIRGEN AHUYENTÓ A LOS PIRATAS
La Santísima Virgen es venerada en Otuzco, departamento de La Libertad. Su historia se origina a través de un milagro y contiene la lección de que nada es imposible para esta Virgen.
La historia de la Virgen de la Puerta empieza con un caso de piratería, que pasó en Trujillo. En el año de 1674 apareció a la altura de Huanchaco una flota pirata, que ya había cometido crímenes en Guayaquil y Zaña.
Los habitantes de Trujillo estaban atemorizados y no tenían murallas. No tenían ninguna posibilidad de defensa, y colocaron como recurso extremo una imagen de Nuestra Señora de la Concepción en la puerta de la ciudad. Esta, previamente, fue retirada de la ermita de Otuzco, donde hasta aquel momento había permanecido.
A la población solo le quedó rezar y confiar en su protección. Tres días y tres noches permanecieron orando juntos en la puerta de la ciudad, esperando el temible ataque.
Sin embargo, lo imposible pasó. Estos piratas ni siquiera desembarcaron. Nadie, ni siquiera los más inminentes historiadores, han logrado explicar el hecho. Así la ciudad de Trujillo, y los pueblos de Huanchaco y Otuzco fueron preservados del golpe.