Conforme pasan los años, las acciones colectivas a favor del cuidado del va en aumento. En esa línea, emerge la responsabilidad y conciencia de las empresas al priorizar a la sostenibilidad en sus agendas e introducirla en su cultura organizacional, con el objetivo de reducir su impacto ambiental y cultivar conciencia en sus cadenas de valor.

Como parte de las estrategias sostenibles que vienen aplicando las compañías en su compromiso como agentes de cambio para contribuir al bienestar del planeta y la sociedad, se encuentra la educación ambiental corporativa, que, a través de una serie de iniciativas internas, buscan promover y fomentar hábitos sustentables en cada miembro de la planilla.

MIRA: Carlos Anderson: “Con PL, Perú estará a la altura de otros países”

Según un estudio de Infojobs, 4 de cada 10 personas en edad para trabajar valoran la importancia que dan sus empresas a la sostenibilidad. Gran parte de la población activa pasa más horas en su lugar de trabajo que en sus propias casas, por ello, el desarrollo de una conducta responsable medioambiental dentro de la empresa será el punto de partida para que repliquen estas prácticas en sus propios entornos.

Orlando Borja, Chair de Vistage Perú, manifiesta que la educación ambiental en los colaboradores es esencial para fomentar prácticas sostenibles de forma transversal. “Mejora la conciencia sobre la crisis climática global, impulsa cambios de comportamiento hacia prácticas sostenibles, asegura el cumplimiento normativo, fomenta la innovación sostenible y enaltece la reputación corporativa”, aseveró.


Medidas sostenibles internas

Sin embargo, a la educación ambiental le queda un largo camino por recorrer, más aún en el sector empresarial y, por más que se evidencie una inclusión progresiva en sus gestiones, existen ciertas barreras que dificultan la implementación en algunas organizaciones.

Entre ellas, según Borja, encabeza la carencia de presupuesto, seguida por la resistencia cultural, la falta de alineación estratégica que impide la integración entre la educación ambiental con los objetivos comerciales y la complejidad logística.

De acuerdo a las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es importante resaltar el rol fundamental de las empresas al reconocer la importancia de un medio ambiente sano, y de esta manera, avanzar en la mitigación del cambio climático. Quizás sea por la obtención de certificados ambientales o el cumplimiento de los objetivos ODS y sus beneficios, que están concentrando esfuerzos en sumarse a esta causa global.

Incluso, los intereses corporativos de aporte al cuidado al medioambiente están directamente relacionado a los consumidores, que significa un valor añadido. En América Latina, en estudio de KPMG detalla que el 76% de los consumidores opina que la protección del medio ambiente es más importante que una economía en crecimiento.

Bajo este panorama, se observa que el futuro de la educación ambiental corporativa será la norma y no la excepción. “La colaboración global fortalecerá esta norma, impulsada por la presión ambiental, la conciencia pública y la diferenciación competitiva”, añadió, detallando iniciativas o prácticas ecoamigables exitosas que se están implementando en los colaboradores:

  1. Reducción de residuos y cuidado del agua: Estrategias para minimizar el consumo y fomentar el reciclaje o disminuir el uso del papel.
  2. Energías renovables: Adopción de fuentes de energía limpia y eficiencia energética.
  3. Transporte sostenible: Incentivos para el uso de vehículos de bajas emisiones o alternativas al transporte individual.
  4. Programas de voluntariado: Participación activa en proyectos de conservación y limpieza ambiental.
  5. Educación continua: Ofrecer oportunidades de aprendizaje constante sobre sostenibilidad.

Perú21 ePaper, y pruébalo gratis.

VIDEO RECOMENDADO

Carlos Anderson