¿Y las alianzas electorales?

El plazo legal para conformarlas termina el próximo lunes. Nos referimos a las que se pueden realizar entre dos o más partidos inscritos y que buscan el visto bueno del JNE. También puede haber acuerdos electorales en los que solo uno tiene inscripción, y con los que no la tienen se reconocen coincidencias programático-electorales para 2021, y también en determinadas candidaturas. Así, Verónika de NP con JP; en Lima, Susel de FC con el PM.

Todos los partidos inscritos están obligados a participar en las elecciones del 11 de abril; si no, pierden su inscripción. Tienen que pasar la valla del 5% de los votos válidos. Los que conforman alianzas suman 1% adicional por cada partido, lo que es atractivo para aquellos partidos que, de ir solos, no tienen posibilidades de superar la valla.

No nos referimos a los casos de los llamados vientres de alquiler, que la angustia por pasar la valla y mantener su inscripción corre pareja con quien quiere postular a la presidencia sí o sí, aunque nadie se lo hubiera propuesto. Se juntan la angustia de unos con los deseos y a veces hasta obsesiones de otros. Que se resuelven en un acelerado toma y daca.

Es sabido que en las elecciones generales las candidaturas presidenciales influyen en el número de congresistas electos. El 11 de abril se definirán los congresistas elegidos y los dos candidatos a la Presidencia que pasan a la segunda vuelta. Son 24 partidos que participarán en esta resbaladiza elección.

La fragmentación del próximo Congreso será mayor que la del actual. Se requerirá, por el bien del país, que en la segunda vuelta se formen las coaliciones políticas que aseguren un Gobierno y Congreso que no se peleen. Así nos obliga la grave crisis y los peligrosos nuevos problemas que nos amenazan.