-A la cuestionada interferencia de este gobierno en el proceso de ascensos al interior de las Fuerzas Armadas, se suma el presunto favorecimiento laboral en el Ministerio de Educación a dos amigas de Ynés Gallardo, la hija del ministro (según una investigación del portal Sudaca). Ella misma registra constantes visitas al Ministerio (26 horas en la última semana, según el portal Transparencia). También se suma el nombramiento de Doris Alzamora, con tres denuncias policiales por robo, a la cabeza de la Sutran. Desde que este gobierno asumiera funciones, el Estado viene siendo copado por personas sin solvencia aunque afines al poder de turno.
El amiguismo y el compadrazgo parecen haber encontrado terreno fértil. Es cierto que el favorecimiento a personas allegadas al régimen de turno no es exclusivo a este gobierno; de hecho, desde que somos República el clientelismo y las redes de patronzago han sido moneda común. Sin embargo, pareciera que ahora esta práctica se está generalizando, además, la falta de solvencia profesional y moral de los convocados la hacen más palpable. Y los intereses que están en juego hacen más estridentes algunos de los cuestionados nombramientos: el ministro Gallardo busca eliminar la evaluación magisterial y desbaratar la reforma educativa, y el ministro Silva busca desandar la reforma del transporte en Lima con su propuesta para prorrogar las autorizaciones de rutas para combis por 10 años.
-Lo que sorprende es el aletargamiento y la falta de sentido de urgencia por parte del Congreso para cumplir con su rol fiscalizador. El ministro Gallardo (que solo ha sido citado a la Comisión de Educación para explicar el retorno a clases) y el ministro Silva deberían ser interpelados para que respondan sobre las amenazas que sus gestiones representan a las cruciales reformas en sus sectores.