Vientos del sur

El pasado domingo, los chilenos celebraron elecciones. El favorito desde que se iniciaron las encuestas para el proceso, Sebastián Piñera (37%), y el más respaldado de los candidatos de centro-izquierda, Alejandro Guillier (23%), competirán en una segunda vuelta.

Si bien Piñera –que sería apoyado por el conservador Kast (8%)— parte con ventaja para la definición del 17 de diciembre, todo apunta a un resultado estrecho, en el que Guillier podría remontar –la considerable ventaja de 14 puntos– con votos de Beatriz Sánchez, quien, con poco más de 20%, ocupó el tercer lugar entre los ocho candidatos, en una elección en la que la asistencia electoral jugará un papel importante (Chile aprobó el voto voluntario en 2012 y, desde entonces, no ha logrado pasar del 50% de participación ciudadana).

La presidenta Bachelet, con 31% de respaldo (Cadem, octubre de 2017), finaliza un gobierno en el que tuvo caídas de popularidad hasta llegar a 18% de aprobación en 2015, lo cual no le había sucedido en su primer mandato.
El respaldo a Piñera, al margen del desenlace electoral, refuerza la idea de una pequeña ola de derecha liberal en Sudamérica, alejada de la tradición partidaria conservadora que caracterizó a las derechas del siglo XX, sumado al perfil empresarial y adinerado que comparte con Macri (2015) y Kuczynski (2016).

En Chile viven más de 130,000 peruanos, constituyendo la nacionalidad mayoritaria de extranjeros en ese país, y es el cuarto destino de la inmigración peruana luego de Estados Unidos, España y Argentina. Recordemos que miles de peruanos en el exterior envían regularmente dinero a sus familiares en Perú.

Más allá de la histórica relación con Chile y las millonarias inversiones que mantiene en nuestro país, no perdamos de vista que son los mayores turistas que visitan Perú, principalmente a través de la frontera tacneña, aunque también mediante varios vuelos diarios que aterrizan en el Jorge Chávez.