Se trata de una propuesta interesante, pero poco viable desde el punto de vista político y normativo, pues ello requeriría de una reforma constitucional. Es cierto que existe crisis institucional, pero se da prácticamente en los tres niveles de gobierno (Nacional, regional y local), con escasas excepciones.
Creemos que hay cierta confusión entre regionalización y descentralización, que son procesos diferentes. El primero nunca se inició y el segundo es cuestionado ante el fracaso del Sistema Nacional de Control, liderado por la Contraloría, al margen de los problemas de corrupción y complicidad del Ministerio Público y el Poder Judicial.