Son los primeros días de febrero. Punto medio del verano y, como es obvio para los ciudadanos de Lima y de la costa, el calor no está en el incómodo nivel de los veranos anteriores. La presencia de La Niña costera, con sus frías aguas en las playas del Perú, aun en febrero, contribuye a enfriar el aire limitando el cálido impacto del verano.
Un solo día, en esta primera mitad del verano y en una sola estación de aquellas que el Senamhi mantiene en su web o que privados mantienen en uso, alcanzó Lima los 30 °C y fue en La Molina. Algo que ya debiera ser más corriente. Más aún, las temperaturas en los distritos cerca del mar apenas llegan a 25 °C o 26 °C en promedio.
Durante las noches, momento de la jornada en que se registran las temperaturas mínimas, los números son igualmente más frescos. Piura, por ejemplo, que está registrando calor en las tardes (ayudado por las pocas lluvias en el extremo norte de la sierra, que no favorecen la presencia de nubosidad), ha registrado su menor promedio de temperaturas mínimas de enero durante el actual siglo. Lima va por allí, como otras ciudades de la costa.
Febrero va a ser más cálido que enero, pero muy lejos: casi 3 °C o 4 °C, de lo que vivimos el año pasado.
Es la diferencia entre El Niño costero y La Niña costera.