El informe de la Contraloría de la República que encuentra responsabilidad penal y administrativa en 16 funcionarios involucrados en la contratación de Richard Cisneros –Richard Swing– en el Ministerio de Cultura (Mincul) debería servir de reflexión a los aficionados a estas charlas vendidas como “motivacionales” que poco o nada tienen que ver con las modernas competencias del management o la psicología. Los 155 mil soles que recibió el showman, al que solo se le conoce por sus dotes de orador, como en su momento opinaron expertos en la materia, no parecen haber sido más que plata tirada al agua.
El procurador iniciará de inmediato las acciones legales en contra de estos servidores públicos que, con Jorge Apoloni a la cabeza –en Perú21 fuimos los primeros en denunciarlo–, tramitaron entre 2018 y 2020 diversos servicios sin ningún sustento técnico o utilidad práctica, quién sabe si comedidamente basados solo en los presuntos vínculos de Swing con las altas esferas del gobierno.
Conviene tener cuidado con estos cursos de “coaching”, “autoestima” o “sanación”, que supuestamente transforman la vida de los individuos y el rendimiento del personal en empresas privadas o el sector público; estos se contratan a menudo sin verificar antecedentes o calificaciones profesionales. Se sabe que el de Cultura no es el único ministerio que suele endilgar a sus trabajadores esta modalidad de venta de humo, que, parapetada en las dudosas verborreas de la autoayuda y el orientalismo barato, se cuela sostenidamente en los presupuestos anuales a través de seminarios o capacitaciones que, aparte de reclutar su previsible fauna de conversos, no impactan mayormente en la calidad, la eficiencia o el compromiso de los servidores.
¿Cómo podría medirse, si no, el resultado de los discursos y actividades realizadas por Richard Swing? En este caso concreto las faltas graves han estado en los procesos contractuales, cumplimiento de requisitos y certificaciones seguidos por los funcionarios del Mincul, pero no se habla mucho de la absurda necesidad de contratar estas conferencias pseudo motivacionales, en las que el floro hueco se presenta cual improbable y esotérica ciencia redentora.