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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Para un importante sector de la izquierda peruana, Bolivia es un ejemplo a seguir y eso debería preocuparnos. Lo primero que debemos comprender es que las estadísticas usualmente citadas son promedios que esconden grandes diferencias.

Más importante es entender, sin embargo, que, si la pobreza se ha reducido en Bolivia en los últimos años, es porque el dinero del gas sigue fluyendo.

La pobreza ha pasado de afectar al 53.6% en el 2005, al 29.5% en el 2012, lo cual representa todo un logro. La duda es si esta reducción es sostenible.

El gas ha financiado también el incremento del empleo en el sector público y la construcción de obras, como escuelas y hospitales. No obstante, este aumento en el gasto no ha sido ordenado y respondería más a una estrategia política que económica.

Resulta curioso, entonces, que quienes critican duramente nuestra dependencia a las industrias extractivas no tengan nada que decir sobre el caso boliviano. Sin embargo, la verdadera duda que nos debería asaltar es qué pasará cuando se les acabe el gas o cuando los precios no les sean tan favorables.