Esta semana está en juego el futuro de la Junta Nacional de Justicia en vista que el Tribunal Constitucional, muy oficioso, programó la audiencia de la demanda competencial que ha presentado el Congreso contra las decisiones judiciales que, en apego a ley, han concedido las acciones de amparo a los miembros de la JNJ Aldo Vásquez e Inés Tello. Ello por ser víctimas de la vulneración de sus derechos en el proceso sumario que invocó el Parlamento para defenestrarlos sin respetar siquiera el debido proceso.
La situación es grave para el país porque hay una intromisión grosera del Congreso. Ha utilizado las acusaciones constitucionales para saldar cuentas contra los magistrados de la JNJ, que solo cumplieron sus funciones y sancionaron a la exfiscal de la Nación Patricia Benavides ante la abundancia de pruebas que la involucraron en un tinglado de corrupción, justamente con un grupo de congresistas que instrumentalizaron el poder con fines sibilinos y que atentan contra la democracia y el Estado de derecho en el país.
Tenemos un TC a la medida de este Parlamento infame. Es evidente que la resolución a emitir será a favor de los intereses subrepticios del Congreso, con lo cual van a descabezar a la JNJ —que es el objetivo actual— para de esta manera crear una anomia en esa entidad y así no pueda definir su responsabilidad de ratificar a los jefes de la ONPE y del Reniec, organismos electorales determinantes en los comicios.
Mi tesis, y la comparto con muchos analistas políticos, es que este Congreso de impresentables busca también controlar el sistema electoral; quiere controlar las próximas elecciones y para ello necesita tener a marionetas en los cargos más importantes como son la ONPE y el Reniec. Así podrían torcer la democracia y me remito a las pruebas que, en principio, es la desesperación que tienen para que por angas o mangas se suspenda a los magistrados Vásquez y Tello, así ya no habrá quorum y tendrán el tiempo suficiente para manosear estas instancias electorales.
La realidad es que Piero Corvetto, el actual jefe de la ONPE, ha solicitado una reconsideración en el proceso de ratificación y esperemos que esta semana la JNJ se pueda pronunciar. A pesar de que no soy adepto a las reelecciones considero que es clave que se mantenga en el cargo para contener las ínfulas de poder de un Congreso lleno de delincuentes. Sería una jugada maestra para descolocar a la mafia.
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