La situación actual del Congreso es decadente, con los congresistas que se han dedicado a denigrar la función congresal con cada legicidio y atentado a la institucionalidad. No les importa el país y mucho menos el desarrollo, es en realidad un lustro perdido donde más bien se ha retrocedido en materia legislativa y la pregunta que ronda es: ¿Por qué se ha llegado a esta situación insostenible en el Parlamento?
La respuesta evidente es el bajísimo nivel intelectual y político que tienen los congresistas actuales; súmenle la inexperiencia parlamentaria que ha llevado a niveles de decadencia parlamentaria y a una descomposición de la organización y las bancadas, convertidas en vehículos para intereses subrepticios. La consigna es todo vale con tal de lograr el objetivo de una comisión o una posición para negociar mejor los beneficios y gollerías
que da el Congreso.
Se juntan gato, perro y pericote sin ningún desparpajo, lo que importa es probablemente el cuoteo político. Se pasan de la izquierda a la derecha y viceversa dependiendo del beneficio personal o quién sabe el negociado previo para que se pasen de una bancada a otra. No duran ni un mes y ya están en otra bancada sin hacerse remilgos, y tienen todavía la desfachatez de justificarse mencionando que lo hacen pensando en el país, tremendos sinvergüenzas.
Ahora vemos hasta al congresista Bellido que sin asco se pasó a Podemos, el partido de los Luna y Telesup, que están investigados y que para la Fiscalía lideran una organización criminal Los Gánsteres de la Política; no tienen ninguna afinidad ideológica y menos programática, pero lo que importa es que estas alianzas contra natura son útiles para sus ambiciones políticas, recuerden que el chumbivilcano aspira a ser presidente, alucinante.
Urge retomar la reforma política que tenía ya implementadas en nuestra legislación las elecciones primarias, en la modalidad de las PASO argentinas, que nos garantizaban que la población elija la lista congresal, quitándoles a los dueños de partido el negociado de la venta de candidaturas para evitar que tengamos los impresentables congresistas de hoy que entran por arrastre.
Se debe fortalecer la institucionalidad de los partidos políticos, y las curules ganadas deben ser del partido, no del congresista, para evitar estos transfuguismos y negociado ramplón que hoy se ve en este Congreso desprestigiado. Lo más importante, pensemos antes de votar, nosotros también tenemos la responsabilidad de haber elegido impresentables.
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