De surgir la inhabilitación, los planes de Kenji Fujimori de postular a la presidencia quedarían estancados. (Perú 21)
De surgir la inhabilitación, los planes de Kenji Fujimori de postular a la presidencia quedarían estancados. (Perú 21)

El último martes, Kenji Fujimori sufrió un mortal impacto a sus aspiraciones políticas. Los videos en los que aparece intentando convencer, con prebendas de por medio, al congresista Moíses Mamani para que vote en contra de la vacancia del ahora renunciante presidente Pedro Pablo Kuczynski deben haber decepcionado a sus simpatizantes, quienes empezaban a ver en él, de cara a 2021, una alternativa diferente dentro del fujimorismo, aunque, valgan verdades, no pasaba de enumerar lugares comunes y consignar en sus redes sociales ridículos dibujos asociados a sus aliados.

A Kenji no le pudo haber ido peor ese día. Por la tarde, se había robado el show yendo a la ONPE a comprar su kit electoral para fundar su partido Cambio 21. Por la noche, no podía negarle al país que lo que hacía en esos videos no era otra cosa que comprar el voto de Mamani. El episodio nos hizo recordar el motivo que alegó para alejarse del partido naranja: “Fuerza Popular ya no tiene autoridad moral”. Vaya concepto relajado que tiene sobre la moral.

Kenji Fujimori construyó en su defensa toda una teoría conspirativa de su hermana en lugar de aceptar lo que se veía y escuchaba en los videos. “Lamento muchísimo las bajezas, actitudes delincuenciales de Fuerza Popular y de mi hermana Keiko al operar con esas actitudes, grabando de manera oculta, tergiversando información”, dijo.

Será difícil que, en el corto plazo, el menor de los Fujimori pueda resurgir de este fulminante golpe. Se enfrenta, además, a un inevitable proceso de desafuero en el Congreso, junto a sus compañeros Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel. De ser expulsado del Legislativo, Kenji quedará con un legajo político manchado.

Y tampoco se salvará de la Fiscalía, porque apenas el Parlamento le levante la inmunidad, será investigado por corrupción. Ironías de la vida política del Perú: Pedro Pablo Kuczynski se vio obligado a renunciar a la Presidencia tras el escándalo en el que lo embarró su aliado Kenji, y este se hundió por ayudarlo y por la angurria del poder.