PUBLICIDAD
Tareas para (el) mañana
Imagen
Fecha Actualización
Aprobado abril de 2024 como plazo límite para realizar las elecciones generales adelantadas, no son pocos, sin embargo, los desafíos que, en los próximos meses, deberán afrontar tanto el nuevo premier Alberto Otárola como el Congreso de la República.
Los 27 muertos y los innumerables daños a la propiedad que han cobrado las conflagraciones callejeras de las últimas dos semanas tienen que hacer reflexionar a los líderes políticos, sea en el Ejecutivo como en el Legislativo. El Perú exige cambios, la ciudadanía no puede darse el lujo de perder otro año y medio como el que emborronó el gobierno de Pedro Castillo llevando al país al borde del colapso político, moral y económico.
Lo primero que debería figurar en la agenda del primer ministro es establecer un cronograma de diálogos con las distintas bancadas. Pero, al mismo tiempo, encabezar una gran cruzada de comunicación –de alcance nacional– sobre la necesidad de celebrar esos comicios bajo las nuevas reglas que saldrán de las imprescindibles reformas políticas y electorales que apruebe el Congreso.
Nos referimos a un retorno a la bicameralidad, a la prohibición para que sentenciados por terrorismo, homicidio y tráfico de drogas postulen o puedan ser designados para desempeñar cargos públicos, así como –entre lo más urgente y notorio– desterrar para siempre los partidos “vientres del alquiler” del espectro electoral peruano.
Y, por supuesto, cambiar los artículos que se requieran en la Carta Magna para que hasta al propio jefe de Estado se le pueda investigar por delitos de corrupción: la inmunidad presidencial no debe seguir significando impunidad. Nunca más.
El segundo punto es la necesidad de que los flamantes ministros de Interior y de Defensa les suban la moral a sus tropas, pues las FF.AA., así como la PNP, instituciones llamadas a cautelar la democracia peruana bajo el mandato de la Constitución, fueron muy manoseadas y hasta contaminadas por negociados, presiones, maltratos, chantajes y coimas provenientes del entorno del defenestrado presidente.
Dos tareas que en modo alguno son poca cosa y más bien repercutirán en el futuro de los peruanos. Esperemos que quienes toman las decisiones estén, ahora sí, a la altura de sus responsabilidades.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD