Santos y Villarán

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Aldo Mariátegui,Ensayos impopularesPara mí, dos son los puntos políticos más resaltantes de las elecciones de ayer con los datos más certeros que en estos momentos cuento: A) Santos barrió en Cajamarca y eso significa el fin de ese emporio minero peruano.

Adiós a Conga, Galeno, Michiquillay y La Granja, así como una posible resurrección de Quilish para mantener viva a la cada vez menos productiva Yanacocha. Me imagino que nuestros vecinos chilenos y otros países competidores en minerales deben estar celebrando cómo Perú se priva así de expandir su producción en oro y cobre, gracias a la izquierda y su eficaz manipuleo de las ignorantes masas campesinas. "Somos pobres, seámoslo siempre", cantarán los genios cajamarquinos.

Pésima noticia para el país, pues esto nos puede conducir a una recesión por caída en ánimos empresariales. ¡Gracias, Arana, Santos e izquierda! Del resto de regiones, al parecer los otros radicales antimineros Walter Aduviri (Puno) y Zenón Cuevas (Moquegua) no han ganado en primera vuelta, lo que da esperanzas.

B) Susana Villarán sufrió una debacle y eso significa el fin de toda una generación izquierdista capitalina y sin relevo. Esa izquierda limeña tuvo la oportunidad de oro de volverse –en alianza con el sentimiento antisistema provinciano– en la primera fuerza política del país. Ahora son tan solo polvo por inútiles.

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