Santiago Pedraglio: Nos habíamos ideologizado tanto

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La tesis central de Alberto Vergara en su artículo "De Guzmán a Guzmán" (El Comercio, 21.2.16) es que la política de la "epopeya" y la "gesta" ha sido sustituida por la del "gesto".

Ollanta Humala gobernó como gobernó, sí, pero en el 2011 ¿ganó el "gesto"? ¿O ganó un proyecto que, aun siendo confuso, se decía reformador? Ese 32% nacionalista de la primera vuelta del 2011 ¿no es una franja importante de peruanos que hace solo cinco años creyeron en eso de la "epopeya" nacionalista? En la década de los noventa, Alberto Fujimori representó para amplios sectores de la población una epopeya, no solo un vulgar clientelismo. Nos guste o no –ese es otro cantar–, Fujimori impuso una "solución sistémica para el país", particularidad que no se acabó con Haya de la Torre y Fernando Belaunde, como sostiene Vergara. Fujimori no tenía un partido, pero el esquema autoritario y el orden neoliberal de la sociedad y del Estado sí implicaron un cambio sistémico. Lejos de lo que sostiene Vergara, el cambio contó con un sólido relato que hoy le permite a Keiko Fujimori no solo ofrecer "gestos" sino también recoger la lealtad con quien fundó "un destino conjunto y alternativo a toda la sociedad": su padre.

Que en el Perú no existan partidos políticos no significa que los grandes relatos hayan desaparecido. Es cierto que —como dice Vergara— muchos electores valoran la novedad. Pero quienes votan por Julio Guzmán lo hacen también porque representa un modo de vida con el que se identifican. ¿O acaso la imagen del emprendedor no es un gran mito, que Guzmán encarna?

Vergara concluye: "la verdad es que casi nadie imagina que el Perú pueda gobernarse de otra manera de como se ha gobernado". Lo que no dice es que ese "casi nadie imagina" basa su fortaleza no solo en el poder económico y financiero que sostiene su conjeturada imposibilidad de cambiar, sino también en la activa ideología neoliberal, que sacraliza las fuerzas del mercado y el reino del individualismo. ¿O no son los técnicos que, según Vergara, "serían ministros de cualquier presidente" los grandes operadores de esta ideología en un país sin partidos?

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