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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Pedir que los candidatos y sus equipos se concentren en "garantizar el retorno a la estabilidad de la moneda y el saneamiento de las cuentas del Tesoro" (El Comercio, editorial, 23.1.2016), equivale a tener una visión muy restrictiva del manejo económico. Es remitirse a las antiguas propuestas del FMI que, al ser recesivas, desembocan en más desempleo, mayores tasas de interés y recorte de créditos.

¿Cómo pontificar sobre los "fundamentos" de la economía cuando esta mirada conservadora no se aplica a rajatabla ni en países de la Alianza del Pacífico como Colombia y Chile? En una entrevista publicada en El Comercio (28.1.2016), Joseph Stiglich parece responderle al editorialista de días antes. Cuando le piden comentar por qué la política "es un obstáculo para la economía", dice que "Un caso claro es el de EE.UU. El Partido Republicano controla el Congreso y se encuentra ideológicamente comprometido con un gobierno que es pequeño, por lo cual bloquea cualquier iniciativa orientada a más gasto público". Afirma, además, el Nobel de Economía de 2001, que en Europa y EE.UU., "con tasas de interés negativas, sería muy fácil endeudarse e invertir en áreas que darían una muy buena rentabilidad. Un impulso a la demanda acabaría con eso que yo llamo el gran malestar".

La coincidencia ideológica con el Partido Republicano deriva en una censura a los candidatos que anuncian que "financiarán sus proyectos haciendo uso del Fondo de Estabilización Fiscal". ¿Y por qué no usarlo? ¿No es una herramienta para la época de las vacas flacas? ¿O es una vaca sagrada? ¿Por qué no usar el 10, 20 o 30%, "para fomentar la inversión pública y así impactar positivamente en el producto bruto interno peruano", como plantea Carlos Casas, economista de la Universidad del Pacífico (Gestión, 26.1.2016)? ¿O es que los únicos "fundamentos" válidos de la economía son aquellos que enarbolan los neoconservadores del Perú y del mundo?