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Sandro Venturo: Prevenidos para leer las encuestas electorales
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Sociólogo y comunicador
Si observamos las encuestas detenidamente, veremos que en los últimos tres meses los candidatos no se han movido un pelo. El primer lugar fluctúa entre el 31% y 33% de las preferencias electorales, esto es, se trata de variaciones que están dentro del margen de error estadístico. Igual sucede con el segundo y el tercer lugar.
Debemos estar aburridos –o algo por el estilo– para inventarnos tendencias que no existen. Durante los últimos dos fines de semana, por ejemplo, la novedad de algunas encuestadoras ha sido que Acuña ha desplazado del cuarto lugar a Toledo, pero la verdad es que están empatados estadísticamente. Si bien el candidato de la "plata como cancha" viene desde abajo y el "cholo sagrado" sigue estancado, todavía no se ha dado tal desplazamiento. Y en el rubro de "otros" todo es por ahora fantasía o ilusión.
¿Por qué entonces los titulares rimbombantes? Tal vez porque tenemos un gobierno que ya tiró la toalla y eso hace que desplacemos nuestra atención hacia una carrera electoral que no arranca. Los principales candidatos, excepto Alan García, son oficialmente precandidatos, ni siquiera se han colocado en el partidor, todavía no han desplegado las primeras acciones de sus estrategias electorales, aún están con el físico intacto. Sin embargo, venimos calculando diversos escenarios que van desde prever el triunfo de Fujimori en la primera vuelta hasta imaginar la irrupción del pequeño candidato que nos sorprenderá en la segunda vuelta. Son especulaciones propias de un país donde las elecciones, ciertamente, tienen más de tómbola que de tragedia griega.
Acaso esté sucediendo algo semejante a las recientes elecciones municipales limeñas. Castañeda no necesitó ofrecer una visión urbana distinta ni desarrollar una estrategia creativa, bastó su mutismo para atraer a un electorado que votó por el regreso del paquete de obras que opaque a un escenario municipal sumido en el desorden y la polarización. ¿No estará sucediendo algo parecido? Después de la decepción humalista probablemente existe poco espacio a favor de un nuevo "outsider". En un escenario de inseguridad social y desaceleración económica que afecta a las familias peruanas, tal vez la opción por un timonel "seguro" esté servida.
Aunque esta situación tampoco es inmutable. Si en países como EE.UU. las elecciones son maratones que se inician en las primarias, en el Perú son carreras de cien metros planos. Basta que un favorito tropiece para que la competencia cambie drásticamente. Sigamos atentos.
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