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Sandro Venturo: PPK y Fujimori en el tablero de ajedrez

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Según las últimas encuestas, tenemos empate técnico. Además, según CPI, los candidatos también tienen el mismo puntaje en antivoto (42%) y en voto duro (83%). Sin embargo, existen diferencias que matizan la situación. El ex ministro tiene mayor arrastre entre los jóvenes (18 a 24 años) y la ex primera dama, en los adultos jóvenes (25 a 39). A su vez, PPK duplica a Fujimori en los sectores altos (A-B), mientras que ella le saca diez puntos en los sectores populares (D-E). Por último, queda claro que PPK se benefició mucho más con el transvase automático de los votos de Mendoza, Barnechea y García. Los ciudadanos tienen sus propias banderas.

La principal distinción, que es la que los estrategas deben estar calibrando, se observa en el significado que los electores le dan a cada candidato. Quienes van por Keiko aprueban que "seguiría la línea política de su padre" y quienes la rechazan subrayan algo semejante: "el pasado de su padre, los casos de asesinatos, los actos de corrupción y violación a los derechos". Su gran fortaleza es, al mismo tiempo, su principal debilidad.

En el caso de PPK, sus electores destacan que "es una persona preparada" y que "tiene experiencia y capacidad para el cargo". Su principal activo es meritocrático, tal vez por eso tiene ese arrastre juvenil. Empero, su principal debilidad radica en "su avanzada edad" y que tiene "doble nacionalidad". Los publicistas de PPK trabajaron duro para combatir estas percepciones que parecen tan difíciles de roer. Acaso estos reparos estén expresando otra cosa, a saber, la sensación de que al candidato le falta determinación, que chochea como todo viejito.

Por último, siempre con CPI, existe otra diferencia que debe preocupar al equipo de Kuczynski. Mientras que para los electores él sería bueno para atraer inversionistas, ella sería capaz de muchas cosas más: una buena gestión de programas sociales, seguridad, empleo, educación, salud, obras y proyectos de desarrollo. Y para subrayar las paradojas de nuestra historia política contemporánea, ella mejoraría la administración de justicia, combatiría la corrupción y gobernaría con más honestidad. Esto indica que la reencarnación de Alberto Fujimori es percibida por muchos peruanos como más capaz que el experimentado y bien conectado PPK. Una vez más se hace evidente que el mediocre desempeño político de los últimos gobiernos ha hecho posible la vuelta del fujimorismo noventero.

Esta es la fotografía de una partida en la que cualquiera de los dos puede ganar. Dependerá de cómo muevan sus fichas, de su audacia táctica, de las piezas que estén dispuestos a sacrificar. Se trata de una competencia de ajedrez que, en poco más de un mes, deberá jugarse como damas chinas.