Me preguntan si de verdad creo que Vizcarra desea postular en el 2021. Bueno, ya comió de la fatídica higuera de Pizarro; nunca he conocido a ningún político que renuncie a seguir en el poder cuando anda envanecido por una popularidad altísima y por los adulones, además de que su asesor Maxi Aguiar le debe estar animando (para no perder poder y chamba). Me dirán que quiso renunciar antes junto al Congreso. Bueno, eran otras circunstancias (y otro Vizcarra. Ya no es el otrora provinciano asustado). En estos momentos tiene bazas firmes en su mano, como 90% de medios incondicionales, el TC, la caviarada y la opinión pública, frente a un Congreso débil y a un entorno internacional al que le importaría un pito si Vizcarra se reelige (Ahora menos con esta crisis). En todo caso, Vizcarra necesita dejar a alguien que le cuide las espaldas. Ese alguien parece ser Salvador del Caviar, aunque la tan mediáticamente endiosada ministra Toni Alva también asoma como una potencial candidata oficialista. Son dos cartas a jugar, aunque tal vez una plancha Del Caviar- Alva termine siendo la fórmula oficialista, con algún morado de segundo vicepresidente (¿De Belaunde para juntar el voto limeño, el juvenil y el gay?). Allí Vizcarra podría ir de cabeza de lista congresal de Del Solar (y/o de primer vicepresidente) y ser el poder verdadero frente a estos calichines. Es muy posible que una fórmula así pasase a una segunda vuelta con el heredero del voto fujimorista (el populismo combiconservador), que sería probablemente Urresti. Allí entre la caviarada, los medios, el IDL y Vargas Llosa se encargarían de polarizar una vez más para que gane el oficialismo.Pero todas estas son unas especulaciones aburridas de cuarentena: la situación económica post-encierro será el gran elector.