Las precarias instituciones extractivistas tienen siglos. Las reformas de los 90 nos permitieron crecer rápido y destacar en el mundo sobre la base de inversión y exportaciones no tradicionales. No obstante, solo podremos crecer al 4.5% en el mediano plazo, cifra insuficiente, si no adoptamos reformas. El crecimiento ha explicado casi toda la mejora del bienestar. Necesitamos un Estado para que cambie las instituciones, salud, educación, infraestructura e innovación. Además, debe adoptar políticas sensatas para el desarrollo rural. Se requieren políticos que se la jueguen. Ninguno con poder ha sido serio desde que soy consciente. Los historiadores tampoco hallan ejemplos. Alabamos las ropas nuevas de otro en cada elección. Y todos visten las mismas ropas de siempre: están desnudos.