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Roberto Lerner: Narrador y narración

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¿Quién soy yo? Un relato que cuento y me cuento a partir de vivencias convertidas en recuerdos, de historias provenientes de los más cercanos, leyendas de mi cultura y otros mitos acumulados. En ese "había una vez" hay núcleos coherentes que yo y los demás reconocemos —"sí, ese es él; ese soy yo"— y validamos —"sí, eso pasó"—, pero mucho es más cercano al chisme o al cuento de hadas que a un registro cronológico objetivo. Yo soy una autobiografía.

Hasta los dos años de edad es poco, casi nada, lo que ha podido organizarse como cuento administrado por mí mismo. Tengo que creer lo que me digan que hice o me ocurrió antes. Pero, a partir de los 3 años, como que ya hay derechos de autor, sé que soy alguien que vive en un contexto determinado, con personajes definidos y en un lugar específico. En ese gran escenario es que las cosas nos pasan.

Hacia el final de la niñez, digamos los 9 años, la cosa cambia y pasamos a ser agentes de nuestro propio cuento, y reconocemos que nuestras acciones y las de otros se nutren para definir recorridos, a veces irreversibles. Podemos proyectarnos, definir objetivos, tomar un sendero y no otro en una encrucijada. Comenzamos a definir una identidad a través de nuestra narración: para tal cosa, por tal persona, debido a tal razón.

Somos los narradores y somos la narración. ¿Cuáles son las tramas recurrentes, los personajes decisivos, las escenas cruciales? Detenerse un momento y contar nuestro cuento es instructivo. No se puede ser totalmente objetivo y no se debe ser totalmente subjetivo; ni demasiado benévolo ni completamente crítico. Pero es bueno responder cómo, siendo los mismos, hemos ido cambiando.

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