El proyecto de ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez estará terminado entre finales del 2023 e inicios del 2024, según cálculos de LAP. (Foto: USI)
El proyecto de ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez estará terminado entre finales del 2023 e inicios del 2024, según cálculos de LAP. (Foto: USI)

Cuando hablamos de aeropuertos, pensamos en el Jorge Chávez, pero en Perú son 19 los aeropuertos que reciben vuelos comerciales. Esta red es clave para el objetivo del país de multiplicar el crecimiento del turismo. Lo que lleva a preguntarnos: ¿se encuentran en condiciones adecuadas? Siendo realistas, no. Varios trabajan al tope de capacidad, como Arequipa, Cusco y Piura. Otros tienen problemas operativos como Chiclayo, cuya pista quedó deshecha por El Niño costero; o Trujillo y Tacna, donde no se puede aterrizar cuando hay neblina. Sin mencionar los que no operan de noche por falta de luces de balizaje.

Algunos podrán decir ¿por qué pensar en aeropuertos regionales desde ahora?, ¡prioricemos! Ampliemos el de Lima, saquemos adelante Chinchero y ya se verá más adelante. Justamente esa clase de miopía nos ha costado oportunidades en el pasado. Ya existe demanda para vuelos interregionales, uniendo Guayaquil con Piura o el norte de Chile con Arequipa. También para nuevos vuelos interdepartamentales que desconcentren los circuitos internos. Además, recordemos la lección que nos deja el Jorge Chávez: estos procesos toman tiempo.

¿Cuáles serían los puntos centrales de este plan? Primero, concesionar los aeropuertos manejados por Corpac. Sus deficiencias en servicio y equipamiento son clamorosas. ¡Y entre ellos está el de Cusco! Segundo, el Estado, a través de Ositran y el MTC, debe preparar la entrega de terrenos para ampliar los aeropuertos estratégicos y agilizar la implementación de mejoras, como habilitar espacio para parquear aviones, balizaje, combustible.

No pongamos los aeropuertos regionales al final de la cola. ¡Mientras antes empecemos, antes creceremos!

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