Elegido con 51% de los votos, regresa para un tercer mandato tras una gestión de Villarán que no contaba con el respaldo de los limeños. Castañeda debe estar consciente de la confianza que se ha depositado en él y de las inquietudes que aún existen, para algunos, respecto a la transparencia de sus gestiones anteriores. Villarán seguirá siendo culpable de todo por un tiempo: "quiebra institucional" y muchas consultorías. Más temprano que tarde se exigirá a Castañeda, que tiene experiencia en gestión pública, ver sus obras y plan de trabajo. Debe indicar cuáles son los objetivos de su gestión 2015-2019 en seguridad ciudadana, transporte público, infraestructura vial (Costa Verde, Corredor Azul, Javier Prado, Prialé, Línea 2 del Metro), con hospitales de solidaridad, entre otros. Además, debe cumplir con pulcritud por el bien de Lima, de la política nacional y de su imagen.