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Referéndum exprés
“Un referéndum no es una pichanga que pueda organizarse en un par de fines de semana: es un llamado al poder constituido en el pueblo para tomar una decisión sobre cuál es el marco dentro del cual nuestra república se va a regir”.
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En julio, la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo parecía volver a crisparse. La situación, no obstante, no era la misma que en los meses en los que PPK ocupó la Presidencia: Martín Vizcarra no tenía bancada, ni un grupo de personas cercanas a él que pudieran ayudarlo a llenar los vacíos que llevar un gobierno suponen. A pesar de todo esto, Vizcarra supo leer el sentimiento de la gente y tomó un camino audaz: dio un potente mensaje en 28 de julio y propuso un referéndum para enmendar algunas cuestiones que él estimaba pertinentes.
Inicialmente, pensé que algunas de las reformas que había propuesto eran demasiado populistas e irreflexivas, pero pensé que era parte de una estrategia que le permitiría consolidar el apoyo de una ciudadanía que estaba –y sigue estando– harta de los dimes y diretes entre poderes y entre políticos en medio de un país inundado por problemas y urgido por buena gestión pública. Así, Vizcarra ha continuado con su mensaje frontal y su propuesta de referéndum con ímpetu desde fines de julio hasta esta semana. Y allí empieza mi problema.
Un referéndum no es una pichanga que pueda organizarse en un par de fines de semana: es un llamado al poder constituido en el pueblo para tomar una decisión sobre cuál es el marco dentro del cual nuestra república se va a regir. Para que el mecanismo funcione, la población tiene que estar perfectamente informada de qué es lo que está sucediendo y de cuáles son las consecuencias prácticas de que su voto –en un sentido o en el otro– tendría. Aquí, no solo no está pasando esto, sino que nos estamos prestando a que el populismo se cuele en el proceso.
Evidentemente, una propuesta como evitar que los congresistas se reelijan va a gozar del apoyo de las mayorías, pero… ¿realmente asegura una mejora en la calidad de los legisladores? ¿Qué data lo sustenta? Porque si me pongo a pensar en quiénes son los congresistas que peores cosas han hecho últimamente, eran todos elegidos por primera vez. ¿La idea de un Senado no es tener una cámara reflexiva y temperada para tener a peruanos con experiencia en el sector público? Pasa lo mismo con la idea de retornar a la bicameralidad.
Es un debate esencial y con argumentos sólidos en ambas orillas. Por eso es que me pregunto: ¿no sería mejor tener el debate antes que el referéndum? Porque si realmente queremos empezar a construir las bases de un nuevo país, así no es. El presidente Vizcarra tiene una oportunidad histórica, ojalá que no la deje pasar. Que venimos en este plan hace 200 años.
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