[Opinión] Aldo Mariátegui: “Picotazos”.
[Opinión] Aldo Mariátegui: “Picotazos”.

-Puno no llega a ser ni el 3% del PBI del Perú y representa menos del 5% de la población total (y decreciendo año a año). Salvo una mina muy grande de estaño, no hay mucho más riquezas relevantes en un territorio que en su mayoría es una estepa helada, agreste y poco productiva. Si se separan, el resto del país apenas lo notaría. Ellos perderían mucho más que nosotros.

-El TC ha complicado mucho poder invalidar la candidatura de Antauro con ese fallo increíble que permite que condenados por terrorismo y otros actos violentos puedan ser candidatos tras cumplir su condena. Como está el sur, ese psicópata podría hasta pasar a segunda vuelta.

-No, Renato Cisneros. El gabinete Otárola no le debe pedir perdón al país como pides por Twitter, sino gente como tú que facilitaron la llegada del corrupto semianalfabeto al poder y nos metieron en este abismo. Deberías estar ahora en Juliaca en lugar de en Madrid, generando allá idioteces como “papá no sabe nada” para EC y los descerebrados que oyen ese tipo de cosas.

-Se los advertí a los coleguitas en su momento: legitimar la ley de la calle durante la asonada contra Merino (un presidente legítimo, guste o no) era abrir unas puertas muy peligrosas. Pero el 90% de ellos no lo entendieron o prefirieron seguirle la corriente a las masas por cobardes. Hoy están asustados.

-Nunca dejaré de felicitar a Latina por crear un monstruito ignorante y chillón como la patética Sigrid Bazán. ¡Ay Martha, Martha!

-Los nombres de Manuel Rodríguez Cuadros y Harold Forsyth deberían pasar a ser sendas marcas de papel higiénico. No merecen un mejor recuerdo. Otro castillista que debió renunciar de su sueldazo de US$20 mil mensuales del BID por coherencia es Silvio Rendón. La billetera pesa más que las creencias.

-Una pena que el historiador rojimio Antonio Zapata esté sufriendo un cuadro de demencia senil prematura. Sugerir a Susel Paredes de presidente o creer que Brasilia es como Juliaca denotan un daño cerebral serio. Una lástima.