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Con prudencia avanzamos

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Fecha Actualización
director@peru21.com

Como en un caso de acné juvenil, no cesan de aparecer oscuros y sebosos chupos en este gobierno. Chupos que vienen cargados, además de una repugnante materia, de cinismo e injusticia.

Y es que no hay semana en la que no salte algún oscuro tema relacionado con miembros del nacionalismo, o allegados al mismo. Desde aquel remoto caso de Alexis, el hermano del presidente Humala, paseándose a nombre de la nación en inexplicables tratativas con Rusia, pasando por el precoz asunto del congresista Chehade, hasta el caso del amiguísimo Martín Belaunde Lossio, no hay duda de que el nacionalismo es una inacabable fuente de escándalos. Por cierto, unos más comprometedores que otros.

Sosteníamos el sábado que el caso de Martín Belaunde, conforme la prensa independiente profundizara en el mismo, sería una fontana de sorpresas, y así ha sido. Nexos con extrañas empresas allegadas a extrañas amistades con extraños beneficios bajo extrañas circunstancias. Todo muy extraño, por así decirlo; pero del nacionalismo ni pío. Desconozco mayormente.

A diferencia del caso Óscar López Meneses, sobre cuya amistad y responsabilidades Palacio fue distante desde el comienzo (razón por la cual es sobre López Meneses que recae la carga de la prueba), las cercanías con Belaunde Lossio son irrefutables. Aquí sobran fotos, videos e, incluso, la propia opinión del mandatario cuando solicitó a los medios tratar el tema "con mayor prudencia".

Pues bien, y valgan verdades, los medios tratamos el tema con la mayor prudencia, a tal punto que a casi seis meses de fugado recién empiezan a atarse ciertos cabos.

Vale entonces la pena recordar que, una vez más, es la prensa la que cubre ese vacío que el gobierno, el Congreso y/o el sistema judicial no saben llenar. Enhorabuena que sea así; este fenómeno –aunque odioso para algunos– será necesario en tanto las instituciones pertinentes no funcionen como debieran.

Pero ojo: esta actividad mediática despierta las reticencias del poder con mucha facilidad. Piensen en Venezuela y Ecuador. Es necesario, hoy como siempre, velar entonces porque la libertad de prensa permanezca intacta.