El turismo creció a pasos agigantados, se ganaron importantes premios internacionales y desde 2003 (inicio del Fondo) hasta 2019, el número de visitantes extranjeros se cuadruplicó. (Foto: GEC)
El turismo creció a pasos agigantados, se ganaron importantes premios internacionales y desde 2003 (inicio del Fondo) hasta 2019, el número de visitantes extranjeros se cuadruplicó. (Foto: GEC)

Descontando la pandemia, el nos tenía acostumbrados a un gran dinamismo. No siempre fue así. En los 90 era un sector mucho más pequeño y con bajo crecimiento. Recién con la entrada del siglo XXI comenzó a despertar su potencial. Un motor clave de este despegue fue la creación del Fondo de Promoción Turística, proveniente de la recaudación de un porcentaje del valor de los boletos aéreos internacionales. Gracias a este fondo, el país contó con recursos para participar activamente en ferias internacionales, publicitar sus atractivos en los principales países emisores, desplegar por todo lo alto la marca país. En suma, poner al Perú en el mapa. El turismo creció a pasos agigantados, se ganaron importantes premios internacionales y desde 2003 (inicio del Fondo) hasta 2019, el número de visitantes extranjeros se cuadruplicó.

Cualquiera pensaría que algo tan exitoso se mantendría. Sin embargo, una iniciativa populista amenaza con desnaturalizar el Fondo. Se trata del proyecto de ley 7851/2023-CR, un frankenstein que reduciría a 13el monto disponible para promover el turismo receptivo (el que trae divisas y está más rezagado), con el fin de redistribuirlo hacia las ciudades patrimonio. No importa que PromPerú tenga una ejecución presupuestal del 99.8%, cosa que no ocurre con ningún municipio ni gobierno regional. Ni que en muchos casos estos inviertan en obras extravagantes de dudoso valor, como huacos eróticos gigantes o monumentos a la maca. Tampoco interesa que nuestro turismo receptivo haya cerrado 2023 a 58% de la prepandemia, mientras que Colombia lo hizo en 130%, República Dominicana en 137% y Argentina en 111%. Ser antitécnicos y clientelistas parece pesar más.

Si los municipios o gobiernos regionales tienen proyectos, que los incluyan en sus presupuestos, ¡pero no saboteemos algo que ha funcionado extraordinariamente bien! PromPerú es de las pocas islas de excelencia del Estado. Conocen cómo recuperar los números de 2019 y sobrepasarlos. Aunque no podrán hacerlo si esta mala iniciativa prospera. Debemos pisar el acelerador, no quitarle gasolina al carro. Hay que impulsar destinos más allá de solo Machu Picchu, como la ruta Moche, Kuélap, Cajamarca, Ayacucho. Descentralizar el desarrollo. Quedan por recuperarse cientos de miles de empleos y más de US$1,000 millones de divisas. Recordemos que no competimos solo con los países vecinos, sino con monstruos como Egipto, México, España. El Legislativo debe poner el Perú por delante y archivar este disparate.

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