El problema de creer que no tenemos nada que perder

¡Vaya expresión de mediocridad! No hacer nada porque no hay nada que perder suele devenir en dejadez, indolencia y apatía. Es el caso de muchos funcionarios del Gobierno.
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Fernando Cillóniz,Al.Mercadofcilloniz@peru21.com

¿Para qué pelearse por las inversiones mineras si, sin ellas, la economía está creciendo al 6%? ¿Para qué emprender la reforma del Estado si, a pesar de la burocracia corrupta y farragosa, ahí vamos? ¿Para qué hacer algo si estamos bien? Me parece muy mal. Nuestra actitud debe cambiar 180°. En vez de creer que no tenemos nada que perder, lo cual es un tremendo error, debemos creer que tenemos mucho que ganar. ¿Cuánto más creceríamos si desatáramos el nudo de las inversiones mineras, petroleras y de infraestructura? ¿Cuánto más ganaríamos con un Estado ágil, honesto y bien remunerado? Pero no, si el país está creciendo pese a nuestra pésima educación, ¿cuál es el problema? ¡Cuidado con caer en la trampa de no hacer nada por creer que no tenemos nada que perder! Así seremos mediocres por siempre.

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