"[Lo hallado por la fiscalía] no es un documento de la Comisión Lava Jato ni en forma, ni en fondo, ni en contenido, ni en nada", señaló Rosa Bartra  ( Foto: Agencia Andina)
"[Lo hallado por la fiscalía] no es un documento de la Comisión Lava Jato ni en forma, ni en fondo, ni en contenido, ni en nada", señaló Rosa Bartra ( Foto: Agencia Andina)

Llamó bastante la atención la actitud de la congresista Rosa Bartra, ayer en el Pleno, cuando se aprobó la desclasificación del informe Lava Jato, resultado del trabajo de la comisión que ella presidió y dirigió como quiso, a punta de chats ‘boticarios’.

La votación de la desclasificación fue a primera hora, en rápido trámite. Bartra llegó tarde a la sesión, a paso apresurado y con cara de preocupación. Se quejaba entre los escaños a voz en cuello, a tal punto que el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, le dijo algo que hace tan solo unas semanas habría sido imposible: “Puede usted gritar todo lo que quiera si usted quiere”. No había ni cabía un retroceso.

La parlamentaria se retiró molesta del hemiciclo y solo podíamos imaginarla corriendo en pos de poner a buen recaudo el voluminoso documento de 1,288 páginas. Pasaban las horas y los parlamentarios oficialistas y de otras bancadas reclamaban el informe. Pero ¿por qué esa reacción de Bartra? En algún momento, más temprano que tarde, se iba a conocer su contenido.

Pasadas algunas horas, Perú21 pudo acceder al importante documento y llamó la atención la forma en que libran de cualquier responsabilidad a Alan García y Luis Nava (en el caso del Metro de Lima) y a Keiko Fujimori (por no haber sido funcionaria y porque la comisión se abocó a obras de construcción y no a aportes de campaña). Mientras que en el caso de José Chlimper, a pesar de haber sido parte del directorio de la constructora Graña y Montero, donde otros de sus directivos han sido detenidos e investigados, también resultó librado de responsabilidad alguna, como les contamos en la edición de hoy.

¿Era entonces la comisión Lava Jato o ‘Lava Cara’? En política no hay coincidencias, ¿no es así? Entre ellos (FP y Apra) se cuidaron las espaldas y mantuvieron a buen recaudo a sus líderes y adjuntos. Con razón la alianza de fujimoristas y apristas en el Congreso era tan sólida. Con razón Galarreta gritó periodistas mermeleros y Mulder presentó un proyecto para afectar a la prensa. Con razón votaban juntos para todo lo que les convenía. A los fujimoristas les molestaba algo, y los apristas buscaban la fórmula necesaria para presentarla ante el Parlamento.

Vaya, vaya. Son otros tiempos. No solo se acabaron los chats de quinta de ‘La Botica’ naranja, sino que hasta el presidente del Congreso, sin disimulo alguno y a la vista de la prensa, evidencia que lo tienen harto. Y sí, señores, hace rato que nos tienen hartos. Como diría la congresista, perdón por el drama. Es lo que sentimos.